FanFIC no.158. 'La fuerza del destino II. Rob'.

NOTA: EL FIC ROBSTEN DE IRINA SE PUBLICA LOS LUNES Y JUEVES

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                                                                                                    FanFICno.158

"LA FUERZA DEL DESTINO II.

ROB."

Nick me entretuvo demasiado, quería que saludase a varias personas y la cosa se alargó. Cuando volví a la fiesta no vi a Kristen y tras buscarla durante un buen rato entre la gente, vi a Nick, que regresaba nada menos que con Harvey Weinstein y Tarantino, para proponerme una película como actor principal y productor parcial del proyecto junto con Tarantino. Un proyecto en el que tendría plena libertad, en que podría aportar mi propio guión, por el que llevaba tiempo luchando, proponiéndolo aquí y allá sin obtener respuesta. Le habían echado un vistazo y les había encantado.

Al parecer, Weinstein se acordaba de cuando, en Cannes 2009, él y yo presentamos junto a Sharon Stone una gala benéfica, me aclaró Nick. Entonces le había parecido una gran promesa del cine y ahora me consideraba ya un actor serio. Eso dijo Weinstein.

Me toqué el pelo nervioso. ´´¡Joder, precisamente ahora. Menudo momento más inoportuno!´´, maldije. Busqué a Kristen como un desesperado pero fue en vano.

  
No la encontré en la zona del baile. Pasé por el hall del Sunset Tower, por el bar, me acerqué hasta los lavabos mientras esquivaba gente que quería una foto conmigo pero no la vi por ninguna parte, parecía que se la había tragado la tierra.

Regresé preocupado y nervioso. Al salir del hotel, Weinstein quiso llevarnos a su casa, a concretar, dijo.

-          ¿Ahora? – le susurré a Nick alarmado, a punto de que me diese un infarto.

-          Ya sé que te vas mañana, por eso mismo no puedes largarte ahora. Kristen lo comprenderá. Podéis quedar más tarde, llámala – me dijo Nick muy serio.

-          Está bien, ahora voy pero déjame que la avise de alguna manera, Nick. No tengo su número – dije crispado.

-          Bien, te esperamos dentro, no tardes.

´´No estoy tan seguro de que lo comprenda´´, pensé preocupado.

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Casi histérico busqué a Ruth por la fiesta. La vi entre un grupo de gente, charlando pero sin Kristen.

-          Ruth… perdona ¿Kristen? – pregunté casi implorando.

-          Vendrá en un rato, supongo. Creo que ha ido a los lavabos.

-          Acabo de pasar por allí y no la he visto. No puedo esperarla, estoy con… con Weinstein - dije agobiado.

-          ¡Vaya Rob! ¿Vas a ser el siguiente oscarizado? – se rió.

-          No te burles, Ruth. No es el momento. Tengo que hablar con Kristen y no consigo encontrarla, ¡joder! – exclamé furioso.

-          Lo siento pero… – dijo Ruth.


-          Ruth…  - le interrumpí -. Ya sé que tú prefieres que no estemos juntos pero necesito que me hagas un favor.

-          No es eso Rob. Es que no quiero que vuelva a pasarlo tan mal. Ahora Kristen está muy tranquila y muy centrada en su carrera y eso es bueno para ella.

El escuchar de labios de Ruth que Kristen lo había pasado mal me hizo sentir un agudo dolor. ´´Lo sé pero yo también soy bueno para ella, para su vida´´, quise decirle.

-          Me marcho mañana a Londres por razones familiares. Esto no entraba en mis planes pero… la quiero, Ruth. – dije sosteniéndole la mirada.

-          Está bien, en el fondo sois tal para cual – suspiró -. ¿Qué quieres que le diga?

-          ¿Tienes un papel y un bolígrafo?

-          Sí, creo que sí. Espera.

Rebuscó en su bolso y me tendió un bolígrafo mientras arrancaba una hoja en blanco de una  pequeña agenda. Rápidamente escribí unas líneas, doble la hoja y se  la entregué.

-          Dale esto por favor – supliqué.

-          Lo haré, Rob – asintió.

-          Y no la leas – sonreí agradecido.

-          No me hagas la pelota, Rob. Conmigo no funciona esa sonrisa tuya ´´baja bragas´´.

-          ¿Qué? - exclamé sorprendido.

-          Kristen me lo dijo – rió.

Sonreí y dándole a Ruth un casto beso en la mejilla me marché.

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Salía de la fiesta acompañado de Nick y Weinstein, sin la menor idea de si volvería a ver a Kristen esa noche. ¿Le habría dado Ruth el mensaje? Y si es así, ¿qué haría ella?

Me armé de valor y me disculpé con Weinstein y con Nick para marcharme a mi hotel con la excusa de que volaba a primera hora de la mañana y que estaba agotado. No era cierto, no lo hacía hasta la noche del lunes pero quería estar en la suite por si aparecía Kristen y si me quedaba a esperarla no podría zafarme de aquella cita con Weinstein.

Tuve que aguardar a que la hilera de limusinas alcanzase mi turno mientras la impaciencia me devoraba.

El hotel no estaba muy lejos pero esa noche de domingo el tráfico en Hollywood era como el de un día de trabajo en plena hora punta en el centro de Los Angeles, así que no me quedó más remedio que aguardar estoicamente a que la limusina avanzase por las atestadas calles de la ciudad.

Llegué nervioso junto con Dean y sin paparazzis a la vista. Nick se había quedado con Weinstein para garantizarme el proyecto así que por ese lado estaba tranquilo, era Kristen quien me preocupaba.

En recepción me interesé por si alguien había venido preguntando por Thomas Charlton, mi segundo nombre, el de mi abuelo  y el apellido de mi madre, pero me dijeron que no. Eso me desilusionó. Subí a la suite inquieto, a esperar a Kristen y dejé a Dean abajo, pendiente de acompañarla hasta mi habitación sin que nadie la molestara.

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Ya en la habitación comencé a pasear de un lado a otro como un león enjaulado. Solo podía confiar en que Ruth le entregase el papel con mi nota. No tenía otra opción.

´´Quizás debí esperarla´´, pensé dudando ansioso.

 
Resoplando me quité la chaqueta y la pajarita y me solté un par de botones de la camisa, subiéndome las mangas hasta los codos. Me sentía agobiado, como si me ahogase. Abrí el ventanal que daba a la terraza para ver si entraba un poco de aire y me serví un bourbon. Necesitaba algo fuerte y no había whisky escocés.

Suspiré ansioso y exasperado y miré por la ventana las luces de Hollywoood, aquel lugar de mentiras y oropel que no dormía nunca. Me sentía insoportablemente ansioso, mirando el reloj a cada momento. Minutos insoportables que transcurrían insufriblemente lentos, torturándome, haciéndome dudar de todo.

´´Me haces esperar, ¿eh, nena?´´, pensé con su imagen fija en mi mente, apoderándose de mí, de mis sentidos, de mi voluntad.

´´Vendrá, vendrá´´, me repetí como un mantra insistente, posando el frío vaso sobre mi frente y cerrando los ojos, intentando serenarme, tratando de aplacar mis ansias y mis temores.

Decidí hacer algo útil para soportar la espera y llamé a casa para ver cómo iban las cosas. ´´Tal vez así conseguiré distraer la angustia que tengo agarrada en las tripas´´, me dije.

-          ´´Sí, mamá. Mañana estaré allí.

-          Salgo tarde y llegaré la madrugada del martes.

-          Sí, tranquila, no te preocupes.

-          ¿Cómo está papá?

-          Me alegro, son buenas noticias.

-          No, estoy bien, solo algo cansado.

-          De verdad.

-          Hasta mañana, sí´´.

Esa charla no me hizo sentirme más relajado. Volvía servirme otra copa y puse música conectando mi iPhone al reproductor de la suite. ´

´Kristen, Kristen… ¿Por qué no vienes?´´.

Comenzó a sonar ´´Baby can I hold you tonight´´, de Tracy Chapman. En los últimos tiempos me había dado por escuchar música de los 80 y 90 y tenía mi iPhone y mi iPad repletos.

La canción terminó y volví a ponerla otra vez y después otra y otra. La letra daba en la diana, de pleno, ´´directa al corazón´´, pensé. 

Sorry
Is all that you can't say
Years gone by and still
Words don't come easily
Like sorry like sorry

Forgive me
Is all that you can't say
Years gone by and still
Words don't come easily
Like forgive me forgive me

But you can say baby
Baby can i hold you tonight
Maybe if i told you the right words
At the right time you'd be mine

I love you
Is all that you can't say
Years gone by and still
Words don't come easily
Like i love you i love you

Sentía cada palabra de esa canción. Era cierto, no sería fácil.  ´´Pero quizás con las palabras correctas, en el momento exacto… ¡Si eso ocurriese, si lo consiguiese, si los astros se conjugasen para nosotros tan solo por esta noche…,  si el caos del universo nos diese una tregua al fin, solo así tendremos una oportunidad ella y yo, una más, de nuevo! ´´, pensé lleno de esperanza.

Pero eran casi medianoche y al darme cuenta mis pensamientos cambiaron radicalmente y la desesperanza y el desánimo me cegaron llenando mi espíritu de negros presentimientos.

´´No vendrá, se ha enfadado porque la he dejado sola y no vendrá. ¡Debí besarla en esa maldita fiesta, joder, mierda, qué imbécil! Debí decirle que la quiero más que a nada en este mundo, que la he echado de menos todo este tiempo, que la necesito´´, maldije rabioso conmigo mismo, dando un puñetazo a la pared porque no podía dármelo a mí mismo.

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Acababa de regresar a mi vida y ya la había puesto completamente patas arriba, ella, Kristen. Ahí estaba yo tan maduro y seguro de mí mismo, sintiéndome a salvo, autosuficiente, dudando de todo por ella.

Ya eran las 12 de la noche. Suspiré exhalando una bocanada de aire cerrando los ojos con fuerza, casi desesperado, a punto de volverme loco.  

En ese instante llamaron a la puerta y abrí los ojos de golpe, conteniendo el aliento.

Justo antes de abrir la puerta mi corazón palpitó desesperado.