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Una relación sentimental puede surgir de la atracción sexual, que surge cuando te llama la atención el físico o la manera en que se mueve o camina una persona, o a través de una relación de amistad que se convirtió en enamoramiento. Pero independientemente de como haya surgido esa relación y cómo se desarrolle, si la intención es profundizarla y hacerla más intima, es necesario que contenga un ingrediente: la afinidad, es decir, el afecto que lleva a dos o más personas a sentirse semejantes, próximas o parecidas.

              
       
      
Por lo regular ocurre cuando a través de la amistad o del trato constante, dos personas descubren su coincidencia en gustos, formal de ser, opiniones o pasatiempos. Dicha afinidad puede llevarlos a decidir o pensar que cuentan con buenas bases para establecer una relación de noviazgo próspera.
Es posible que la pareja que desde el principio encontró la afinidad tenga menos conflictos que otras o mejores maneras de sobrellevarlos; sus integrantes llegan a profundizar en los sentimientos, a desarrollar la capacidad de enamorarse y madurar hasta llegar a amar y ser amado, en su relación está ese ingrediente que a todos nos desarrolla, fortalece y da sentido pleno a lo que hacemos y lo que somos como humanos; por supuesto, nos referimos al Amor.
                             No solo en el Look, también en los Gestos....