FanFIC no. 44 "Nueva York.Rob"

LOS FICS son publicados Lunes, Miércoles y Viernes en los siguientes horarios: México 12 pm, Argentina 2 am, España 7 am. Al Staff nos complace mucho que tengamos mas lectores asiduos de este gran relato escrito por nuestra talentosa Escritora Irina, de igual forma los invitamos a comentar y participar cuando lo deseen, ya que nos gusta platicar e interactuar con uds.

Aviso sobre los FICS, sobre todo dirigido a las chicas más jóvenes que nos leen. A partir del relato 23 aparecerá contenido sexual explícito, con palabras y situaciones(Lemons). Deseo recalcar que esta historia ficticia Robsten es tal cual como la Autora considera que sucedieron los hechos y las situaciones de acuerdo a información documentada. A LAS PERSONAS IMPRESIONABLES FÁCILMENTE Y DE MENTE NO ABIERTA DEJAMOS A VUESTRA CONCIENCIA LA DECISIÓN DE LEERLO O NO. 

**************************************************************************************

Para Leer FICS Anteriores

dar Aquí ---->FIC 33,  FIC 42,  FIC 41, FIC 40,  FIC 39,  FIC 38,  FIC 37, FIC 36, FIC 35,  FIC 34, FIC 33, FIC 32,  FIC 31, FIC 30, FIC 29,FIC 28, FIC 27, FIC 26,  FIC 25, FIC 24, FIC 23, FIC 22,  FIC 21,  FIC 20, FIC 19,  FIC 18, FIC 17, FIC ESPECIAL DE CUMPLEAÑOS 26 DE ROB, FIC 16, FIC 15, FIC 14, FIC 13, FIC 12, FIC 11, FIC 10, FIC 9, FIC 8, FIC 7, FIC 6, FIC 5, FIC 4, FIC 3, FIC 2, FIC 1.

FanFIC NO.44

"NUEVA YORK.ROB"
por Irene Mendoza

NUEVA YORK


Rob


Llegué a N. Y. destrozado, hecho polvo física y anímicamente. Dormí un rato en el avión pero esas pocas horas creo que me dejaron peor. 

Me desperté más cansado y al salir del avión el bochorno estival de la ciudad me golpeó la cara sin compasión. 38 grados centígrados, humedad del 70% y un sol de justicia con lo que el calor era pegajoso y asfixiante. <<Creo que voy a echar de menos el clima de L. A. >>, pensé añorando el seco calor de California mucho más soportable y llevadero, con sus suaves brisas del mar. De noche incluso hacía algo de fresco a veces.

Nada más llegar al hotel me metí bajo la ducha y eso alivió un poco la sensación de agobio que me poseía. En N. Y. eran las 3 de la tarde pero en L.A. aun era medio día. Me moría por oír a Kristen así que la llamé. No aguantaba más.

 

- ¿Rob? 

- Hola preciosa, ya estoy en N. Y. – dije aliviado al escuchar su voz.

- ¿Qué tal todo? 

Dar CLIC en MAS INFORMACION para seguir leyendo fic 44 

- Uf, hace un calor de muerte. Aquí no hay término medio. Recuerdo que en noviembre me congelé y ahora no hago más que sudar.

- Yo estoy aun con Ruth eligiendo la ropa. Esto se está alargando un poco. Ya sabes que odio probarme ropa. Estoy tan aburrida… – dijo bajando la voz y haciendo un puchero muy sexy.

- Te pongas lo que te pongas estarás de muerte – reí pero una punzada de nostalgia al pensare en su pequeño cuerpo me hizo ponerme triste -. Te echo de menos, preciosa.

<<Aunque no tanto como lo haré esta noche>>, pensé. 

- Yo también, mucho – susurró -. Por cierto, si echas en falta algo de tu maleta… que sepas que no lo has perdido. Lo tengo yo.
- ¿El qué? ¿Qué me has cogido? – sonreí de nuevo.

- Un par de camisetas. Cuando no estoy contigo me siento… me siento mejor llevando algo tuyo.

- Lo sé, cariño, puedes ponerte lo que quieras. A mí también me encanta saber que algo que llevo lo has usado tú., que ha estado en contacto con tu cuerpo. Es como…

- ¿Cómo sentir mi piel?

- Sí, eso mismo – reí.

- Es exactamente lo que yo siento – susurró. 

Su voz sonó tan sexy… que hasta se me pasó por la cabeza practicar sexo telefónico. Pero no era el momento, tal vez por la noche.

- Yo también tengo algo tuyo – dije.

- ¿Qué?

- No te lo digo, descúbrelo tú – reí.

- Si serás niño… - rió Kristen -. Me reclama Ruth, tengo que dejarte Rob. ¿Me llamarás esta noche?

- Vale, esta noche. Un beso, amor.

- Dos, tres, cuatro… Cuelgo.

------------ 

La tarde se me hizo eterna. Nick se apiadó de mí y salimos a comer algo. Yo con la antena puesta, como decía Kristen, para quedarme con el acento neoyorquino. Ella siempre dice que se me pegan los acentos enseguida y que ya casi hablo como un angelino más.

Regresé al hotel y puse la TV pero no daban nada digno de ser visto. Me puse a leer un par de periódicos pero al terminar aun eran las 6 de la tarde. <<¡Joder, que aburrimiento!>>, pensé resoplando. Deshice la maleta y eché en falta tres camisetas. Sonreí imaginándolas puestas sobre su cuerpo, durmiendo con ellas, como solía hacer cuando no estábamos juntos. Me lo había contado en Italia, tras volver de Cannes y me parecía increíblemente erótico.

<<Tengo tantas ganas de oír su voz… Esto va a ser muy jodido>>, pensé. Pero aún era pronto para llamarla.

Al final opté por lo que siempre hago cuando estoy solo y aburrido, por dormir. Me eché sobre la cama en calzoncillos y me quedé frito en un momento, soñando con su boca y su piel. Me desperté todo sudado a eso de las 8 y me volvía a duchar. <<¡Puto, calor!>>, pensé.

Pedí algo para cenar en mi habitación y Nick llamó para concretar los horarios del día siguiente. A primera hora cita con el equipo de vestuario para pruebas y toma de medidas para trajes, luego revisión de guión con el director, el guión definitivo ya lo tenía guardado en mi portátil para estudiarlo. Pero lo prefería, prefería estar ocupado para no sentirme tan solo.

------------

No tenía sueño. Esperé y esperé. Me duché por tercera vez, intentando quitarme de encima aquel pegajosos sudor. Dieron las 12 de la noche y llamé a Kristen por fin. En L. A. eran las 9. 

- Rob, hola – susurró.

- Hola cariño, ¿qué tal por L. A.?

- Bien, está nublado. Parece que va a haber tormenta. ¿No duermes?

- Aquí sigue haciendo un calor de los demonios – bufé -. Además me aburría y me eché la siesta. Es difícil dormir después de una siesta de tres horas.

- Eres un quejica – rió Kristen. Su voz sonaba muy dulce.

- Sé qué camisetas me has robado – dije.

- Llevo una puesta – susurró.

- ¿A sí? – sonreí -. ¿Dónde estás?

- En mi cuarto.
- ¿Estás sola?

Hubo un silencio.

- ¿En qué estás pensando, Rob?

- Tú respóndeme – reí.

- Sí, estoy en mi cuarto, en mi cama, con tu camiseta, solo con tu camiseta y mis bragas de algodón – dijo con su voz suave, algo ronca y aterciopelada, tremendamente sexy -. Si quieres… puedes verme por la webcam. 

 

- No, esto de imaginarte es mucho más excitante – susurré tumbándome en la cama.

- ¿Y tú qué llevas puesto?

- Unos calzoncillos.

- Uhmmmm, ¿nada más? – y me pareció adivinar una risita.

- Nada más. Me he duchado por tercera vez pero no ha servido de nada. Ni siquiera me he secado pero el agua no me alivia nada. Estoy ardiendo.

- Ahora yo también – jadeó Kristen.

- ¿Ah sí? Tendrías que hacer algo para quitarte ese calor.

- ¿Y que habías pensado?

- Podrías,… desnudarte, tumbarte en la cama y… decirme dónde tienes más calor. Si estuviese allí contigo soplaría sobre tu piel para refrescarla.

- ¿Sabes que eres un pervertido? – rió.

- Eso parece, preciosa – suspiré -. Es tu sexy voz la que me pone así.

- Creo que voy a hacerte caso y me voy a desnudar ahora mismo.

- Yo también. ¿Qué harías tú para quitarme el calor, Kristen? – jadeé quitándome los calzoncillos y dejando libre mi incipiente erección.

- Pues… creo que te… lamería.

- Pero eso me pondría más caliente aun, amor – susurré aguantándome un gemido -. ¿Ya estás desnuda?

- Aha – susurró.

- Nunca había hecho esto antes, preciosa. Me… vuelves… loco – jadeé sujetando mi miembro y comenzando a acariciarlo arriba y abajo.

- Yo tampoco – dijo muy bajito, con voz ronca.

- ¿Te… estás tocando?

- Sí, ¿y tú? – ahogó un ronco jadeo.

- También. Háblame, Kristen. 

- Estoy muy mojada y… tengo mis dedos entre mis pliegues. Están tan húmedos y blandos…

- ¡Ah, dímelo, sí. Sigue hablando! – gemí.

- Y pienso en tú… en tú polla dentro de mí, llenándome. Mis dedos están dentro… Me froto, me aprieto…

- ¡Genial, cariño, tócate! Yo también estoy frotándome.

La oí jadear y emití un gemido al que ella respondió con otro. Me estremecí al oírla acariciando mi miembro más rápido, intensamente mientras con mi otra mano sujetaba el teléfono.

- Esto es… tan increíble – jadeaba.

- Lo sé, amor. Ojala estuviese dentro de ti ahora.

- ¡Qué gusto! Ojala pudiese tenerte - gimió.

Sus jadeos se intensificaron, su respiración entrecortada se hizo errática al igual que la mía. No podía creer lo que estábamos haciendo. Mi mano se cerró apretando alrededor de mi miembro endurecido al máximo, palpitando con fuerza.

 

- Estoy llegando, preciosa – susurré casi sin voz.

- Yo… también.

- Sí, sí, pequeña.

- ¡Ah, Rob. Ya, ya!

- ¡Sí, mi vida. Déjate ir!

Cerré los ojos y apreté los dientes sacudiendo una vez más mi dura verga, con sus dulces gemidos en mis oídos, llenando mi mente, anunciando que ella había llegado y me derramé entre fuertes jadeos, temblando de placer. 

---------- 

Kristen me preguntó si ya me estaba entrando el sueño y yo le dije que sí, que tendría que llamarla todas las noches para que pudiese dormir bien. Esa noche dormí como un bebé, alucinado aun de lo que acabábamos de hacer. A la mañana siguiente, nada más levantarme envié un mensaje a Kristen: Esta noche he soñado contigo. El polvo telefónico ha sido perfecto, preciosa, increíble, genial. Gracias por ayudarme a dormir. Habrá que repetirlo. Eres tan dulce, amor… Besos donde quieras. P.D.: Si alguna vez te falta trabajo, que lo dudo, siempre podrás ser teleoperadora erótica. 

Y lo repetimos a menudo. También nos conectábamos con la webcam. A veces me quedaba dormido escuchando su voz y mirándola en mi portátil. Pero era difícil. Aquella separación iba a ser una dura prueba.

..Continuará...