Fic 'La Fundación', Capitulo 10 por V-Team

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Fic La Fundación  Capitulo 10 
por V Team

Imágenes: Elena

Cerré los ojos. Mi corazón se movía como loco, a punto de salírseme del pecho a diferencia de mi cuerpo que estaba paralizado sintiendo los dulces labios de Rob en mi rostro, era la primera vez que sentía algo así. Era simplemente indescriptible, amoroso y lleno de ternura, solo mi pequeña me había dado un momento así de tierno, pero esto era diferente, era ligeramente sugerente. 

Luego todo parecía ir en cámara lenta. Rob se detuvo y levantó ligeramente mi rostro que aún sostenía con sus enormes manos, abrí los ojos y me encontré con los suyos, me perdí en aquella dulce mirada de ángel y fue como si el tiempo se hubiera detenido. 

-Me gustas mucho –dijo. Y yo no podía creer lo que escuchaba. 

Unos segundos después, la boca de Rob se acercó peligrosamente a la mía. “Dios, va a besarme” pensé. Pero yo no estaba lista para ser besada por el hombre más guapo y encantador del planeta. Alejé mi cuerpo del suyo delicadamente. 

-Lo siento –dije con un nudo en la garganta y salí corriendo. 

Ya en mi habitación, me subí de un salto a la cama, abracé una almohada y encogí las piernas. Lo deseaba, deseaba aquél beso intensamente, pero era un lujo que no podía permitirme, no quería salir lastimada, mi estancia en la fundación no sería eterna y además tenía la sensación extraña de estar traicionando a las chicas. Mi mente era un pozo de confusión. 

La luz del sol se colaba por la ventana anunciándome que el tiempo no espera. Di un vistazo al reloj que descansaba sobre la mesita de noche. Eran casi las 9 am, ¡rayos! Había pasado media noche dando vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño, y ahora estaba retrasada, apenas tendría tiempo de darme un baño y hacer una pequeña maleta. En menos de 30 minutos estaba en la estancia esperando indicaciones de Lena. 

-“V” eres la primera en bajar, me harías el favor de ir a la playa y llamar a Rob, dile que es hora de ir al aeropuerto. 

-¿Yo? 

-Sí, tú. Necesito apresurar a las demás. 

Obedecí a Lena, salí de la enorme casa y encontré a Rob sentado en el desayunador tomando jugo de naranja. Yo tenía unas ojeras tremendas por su culpa y el estaba impecable como siempre luciendo una playera tipo polo de color oscuro. 

-Rob, Lena dice que es hora de irnos. 

-Es una generala –dijo serio, yo lo miré con los ojos abiertos como platos –pero muy eficiente –aclaró y soltó una carcajada. 

Me tranquilicé al saber que bromeaba sobre Lena y que no estaba de mal humor por lo de la noche anterior. Vero tenía razón, difícilmente él se molestaba. Lo miré fascinada, tratando de responderme una pregunta. 

-¿Qué? 

-Nada, es que ayer estaba segura que tus ojos eran grises y ahora me parecen azules –me sonrió y luego se puso de pie. 

-Vámonos o tendremos problemas –dijo levantando las cejas. 

Partimos en un vuelo privado a Los Angeles. Mientras Rob leía un guión, Carol, Vero, Maca y Juno me instruían sobre cómo debía actuar una vez que llegáramos y sobre la rutina que se seguía cuando se aplicaba el plan harem. 

-¡Sos un…! –gritó Juno a Rob luego de que éste le arrojará una pequeña almohada, desde ese momento comenzó una guerra y las risas no pararon hasta que la sobrecargo nos indicó que estábamos próximos a aterrizar. Con Rob eran pocos los momentos aburridos. 

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Una vez en la camioneta que nos recogió en el aeropuerto, nos quitamos los disfraces. Estaban divertidos como si hubieran hecho una travesura. 

-No tardarán en descubrirlo, tenemos que idear otro plan contra los paparazzis –afirmó Carol. 

-Lo dejo en sus manos chicas, debo concentrarme en mi nuevo papel. 

Rob se despidió con un beso en la mejilla de cada una y al llegar mi turno también me guiño el ojo. Dejamos a Rob donde lo recogería su manager. Nosotras pasaríamos la noche en un hotel y regresaríamos al día siguiente en un vuelo comercial. Aún no nos recuperábamos del viaje a Chichen Itzá, así que cada quien se retiró a su habitación. 

Me sentía muy cansada, y me recosté en la enorme cama mientras escuchaba una playlist de música instrumental en el reproductor de la computadora portátil. Cerca de las 9 pm alguien llamó a la puerta, estaba segura que era alguna de las chicas, así que abrí sin cerciorarme. Me impacté al ver a Rob recargado del marco de la puerta con una mano y la otra entre su cabello. ¡Rayos! esto era jugar sucio. 

-¿Puedo pasar? –alargué mi mano para darle entrada. Sería peor si me negaba. Además él era quien pagaba la habitación. 

-Quisiera proponerte algo. 

-¿De qué se trata? –le pregunté mientras él se adentraba más en la habitación. 

-Bésame mucho. 

-¿Perdón? –dije esperando haber escuchado mal. 

-La canción que estás escuchando. 

-Ah, sí –dije al percatarme que era la música que se oía de fondo. 

-Vero me ha dicho que la escribió una mexicana y su obra ha sido reconocida como la canción en español más cantada. Es una buena canción. 

-Sí, así es, es una bella canción de los años 40´s. 

-Lo que quería decirte, bueno… pensé que tal vez te gustaría quedarte aquí algunos días –lo miré incrédula –creo que sería bueno que te distrajeras un poco, no sé, recorrieras la ciudad y… también me gustaría poder conocerte un poco más. 

-Te lo agradezco pero quedé con las chicas de llevarlas de paseo, están ansiosas… yo no puedo quedarles mal y… es… es parte de mi trabajo. 

-¿Siempre eres tan formal? –preguntó divertido y se mojo los labios. Eso era tan antojable y cruel. 

Agaché la cabeza avergonzada en señal afirmativa. 

-¿Sabes? Creo que podría obligarte –dijo con una voz terriblemente sensual. 

-Lo sé, pero estoy segura que no lo harás –dije mientras rogaba a Dios que así fuera. 

-Está bien, voy a dejarte ir, pero me debes una noche contigo. 

¡Por todos los cielos! Mi imaginación estaba empezando a volar, él quería pasar la noche ¿conmigo? 

-Quiero saber todo de ti. 

Exhalé aliviada, de haber sido otra la propuesta no estaba segura de poder resistir. 

-¿Por dónde quieres empezar? 

-Por el principio –dijo alegremente. 

En ese momento supe que me pasaría la noche hablando. Rob se puso cómodo en una butaca y yo me senté en la cama en flor de loto. Me preguntó sobre mi familia y el lugar donde crecí, me escuchaba con atención, no paró de reír cuando le conté que siendo una niña adopté a varios gatitos, los tuve escondidos hasta que los encontró mi madre, quien tuvo que llevarlos a un albergue para mascotas porque no podíamos mantenerlos. Todo iba bien hasta que llegue a la parte en que conocí a Carlos, el rostro de Rob cambió considerablemente, le solté todo, incluso cosas que no había dicho a nadie, me sentí liberada. 

***

Desperté angustiada por la hora, tenía que tomar un vuelo de regreso a México. Me di cuenta que Rob dormía en el mismo sillón donde me había interrogado toda la noche, parecía que descansaba plácidamente a pesar de estar en un lugar tan incómodo. Me levanté intentando no hacer ruido pero lo desperté. 

-Habrías descansado mejor en la cama –le comenté pensando en el enorme colchón. 

-No lo creí conveniente –dijo, era todo un caballero. 

-Tengo que reunirme con las chicas –le recordé. 

-Yo tengo una reunión con el Director de la película. 

Se acercó a mí para despedirse, me dio un largo abrazo. Mientras me estrechaba, podía escuchar los latidos de su corazón, Rob tenía sus labios sobre mi cabello, sentí la gloria, una cálida sensación envolvía mi alma. 

Hubiera deseado permanecer así por mucho más tiempo. Se alejó suavemente de mí y besó tiernamente mi frente en señal de despedida, dejándome con intensos deseos de su compañía.

...CONTINUARA...