FanFIC no.90 'Montreal II. Rob'

Somos un Blog ROBsessed, donde solo deseamos seguir contando la versión de Irina en la historia Robsten como lo veníamos haciendo anteriormente. Este FanFic es parte medular de este Blog ROBERT PATTINSON EN ESPAÑOL, razón por la cual  suplicamos RESPETO al comentar los relatos. Si No os sentís preparados para leerlos No lo hagáis, eso no va a ofender a Irina. Pero rogamos evitéis críticas destructivas que si pueden molestar mucho y crear mal ambiente en el Blog.

Asi quedarán organizados los FICs en este blog:

LUNES:  FanFic Robsten de Irina
                     Fic la Fundación de VTeam ***NUEVO***
MARTES:  Fic 'El fin del Mundo' de Xim
MIÉRCOLES:  FanFic Robsten de Irina 
JUEVES: Fic 'El fin del Mundo' de Xim
                   Fic la Fundación de VTeam  ***NUEVO***
VIERNES: Fic '50 Sueños de Verano' de Irina

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FanFIC no. 90

"MONTREAL II . ROB"

Kristen le comentó a Walter mi propuesta y él no tuvo ningún inconveniente con que yo pudiese estar presente. 

En el restaurante se nos unieron Sam Bradley y su mujer y tuvimos una charla muy divertida acerca de vampiros y virginidad. Kristen rodaba al día siguiente la famosa escena del baile y no queríamos trasnochar así que nos despedimos de todos y no marchamos temprano. 

Al regresar de la cena nos topamos con unas cuantas fans muy jovencitas que acompañadas de sus madres nos pidieron una foto y a pesar de las ganas que teníamos de llegar a nuestra suite tanto Kristen como yo aceptamos encantados. 

No nos importa pararnos un momento y sacarnos unas fotos con fans respetuosas que se ponen contentísimas de vernos y que son amables y se van enseguida pensando que ha sido el mejor día de sus vidas. Solemos pedirles que no las divulguen inmediatamente, que esperen unos días y casi todas aceptan y lo cumplen pero lo de los paparazzis es otro cantar. 

Me pareció que el paparazzi de hacía unas horas aún continuaba escondido por allí y no me equivoqué porque días después aparecieron las fotos saliendo del hotel, con Kristen dándome el ya famoso beso, y entrando de nuevo, con mi mano puesta sobre su hombro. Y me dio mucha rabia pensar en el dinero que se habría embolsado aquel tipo por importunarnos y molestar. 

 

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Nada más entrar en la habitación y sin apenas decirnos nada comenzamos a desnudarnos el uno frente al otro, con confianza y sin pudor. No hicieron falta preguntas, ni hablar, fue todo de lo más natural y un alivio porque ya estaba llegando a la desesperación después de todo un día ansiando que llegara ese momento. Pero fue Kristen quien dijo con palabras lo que yo sentía. 

- Te necesito, te deseo – susurró con erotismo. 

No conteste. En vez de eso la empujé suavemente hacia la cama. Kristen se subió y se arrodilló frente a mí, con su sexo desnudo ante mis ojos, entre sus tersos muslos cerrados. Ante esa tentadora visión un estremecimiento me recorrió la espalda y mi miembro palpitó. Ella lo contempló con descaro, sonriendo traviesa. Le acaricié los labios con el pulgar y los cerró alrededor de mi dedo lamiéndolo con su lengua y rozándolo con sus dientes. Y yo sentí que iba a enloquecer de deseo. 

- Quiero estar dentro de ti– dije en voz baja y ronca. 

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Un suspiro escapó de su boca y sonreí al darme cuenta una vez más del poder que ejercía mi voz sobre ella y me pregunté si ella también sería consciente del poder que la visión de su cuerpo tenía sobre mí. 

Fui deslizando los dedos de mi mano izquierda por su cuello, muy lentamente, disfrutando de su pulso latiendo potente bajo mi tacto y alcancé la delicada piel de sus pequeños pechos, rodeando los pezones mientras con la derecha acariciaba su clítoris despacio, sin prisas, Entonces la penetré con mis dedos, lenta y profundamente y Kristen gimió quedamente. 

- Sí, preciosa… – susurré lascivo. 

Retiré mis dedos empapados en su deseo húmedo para subirme a la cama junto a ella. Después volví a penetrarla una y otra vez aumentando el ritmo progresivamente. Ella se dejó hacer jadeando sobre mi boca y volvió a gemir de forma lujuriosa, con los ojos cerrados, echándose hacia delante, rozándome el pecho con sus pezones duros y erectos. 

La besé bajando por su cuello, por el hombro, hasta atrapar uno de sus pezones con mi boca, con mi lengua, mientras continuaba hundiendo mis dedos en su tierno y cálido interior, mientras ella me regalaba un montón de suaves y húmedos besos. 

Saqué los dedos y me centré en su clítoris, frotándolo con rapidez, apretando y pellizcándolo suavemente mientras que Kristen cerraba los ojos y ponía una mueca de placer y de tortura en su rostro que la hacía bellísima a mis ojos. 

- ¡Oh, Dios! – jadeó estremecida. 

- Ponte sobre mí – reclamé impaciente. 

Lo hizo despacio, sin prisa mientras yo me tumbaba muriéndome por tenerla, por penetrarla. 

- Mmm… Kristen... – le acaricié los muslos con ambas manos, disfrutando de la perspectiva que tenía de su cuerpo sobre el mío. 

Me dediqué a disfrutar de esa visión. Adoro verla segura, lasciva y provocativa. Entonces se inclinó para besarme en los labios 

- ¿Así? – Preguntó con malicia. 

- Sí… así amor – dije bajando la mirada hacia nuestros sexos. 

El mío acarició sus suaves pliegues mojados sin penetrarla. Pero unas ansiosas ganas me espoleaban haciendo temblar mi sensible miembro. No pude más, la sujeté con firmeza por la cintura y la giré para posarme sobre su cuerpo atrapando su pequeña figura bajo mi peso. La penetré con fuerza y Kristen gritó de placer al sentirse colmada tan urgentemente. 

Me retiré y volví a hundirme en ella, más profundo, con fuerza, varias veces, empujándola contra las sábanas, haciéndola gritar de gusto. 

Las punzadas de placer aumentaban en mi entrepierna y en sus entrañas. Ambos nos acercábamos al orgasmo con rapidez. 

- Así… más, más… Eso es, nena. 

- ¡Ah…. Qué gusto…¡ - gimió. 

Me elevé y la tomé entre mis brazos posándola sobre mis piernas, sentándome sin salir de su interior. Esa postura me gusta porque me permite besarla y estimularla teniendo su cuerpo al alcance de mi boca. 

La besé los pechos chupándole un pezón mientras con mis manos me aferraba a sus nalgas manteniéndola pegada a mí. 

Comencé a moverme con fiereza entrando y saliendo de ella profundamente. Jadeaba enloquecida junto a mi boca mientras notaba como le sobrevenía su orgasmo. Sus ojos me atraparon y me perdí en ellos mientras ella seguía ondulando sus caderas conmigo dentro. 

Le temblaban los muslos, el vientre, estaba sofocada y sus jadeos se convirtieron en gritos. Su vientre comenzó a contraerse vibrando violentamente, empujándome hacia mi propio orgasmo. 

- ¡Así…. muy bien, preciosa. Sigue, sigue! – gruñí maravillado. 

- ¡Oh, joder! – gritó. 

Cuando su orgasmo estalló, se quedó quieta, temblando, abandonada por completo a mí. Kristen yacía jadeando estremecida mientras su vientre seguía contrayéndose con potentes espasmos de placer y yo aceleré el ritmo de mis embestidas al máximo. 

Todo mi cuerpo se tensó y estallé con un rugido desesperado, palpitando intensamente e inundando su vientre. 

Gemí sintiéndome muy profundo dentro de ella, de su vientre, y me dejé caer, rendido de placer, notando cada contracción suya y cada latido de mi corazón. 

- Genial… amor – jadeé exhausto acariciando su rostro, su boca, su pelo. 

- Mmmmm, sí – gruñó muy bajito con los ojos entrecerrados y la boca abierta. 

Salí de su vientre y la atraje hacia mí. Así permanecimos, abrazados, desnudos sobre la cama y sin darnos cuenta nos quedamos dormidos. 

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- ¿Qué te hace tanta gracia? – pregunto Kristen extrañada por mis risitas mientras se vestía. 

- Tengo una sorpresa para los paparazzis. Me quiero reír un poco de ellos – dije señalando mi camiseta. 

- ¿Beasty Boys? Es un grupo ¿no? 

- Sí punk, rap, hip, hop, de Nueva York, hacen un poco de todo. Pero lo mejor viene atrás. Mira – dije dándome la vuelta. 

En mi espalda aparecía serigrafiada la expresión ´´Gett off my dick´´, que más o menos viene a decir literalmente ´´fuera de mi polla´´ y en sentido figurado, ´´déjame en paz´´. 

- ¡Oh, joder! – dijo tapándose la boca con las manos y riéndose a carcajadas. 

- Para los paparazzis que están apostados día y noche a la puerta del hotel. 

- ¿Te vas a pasear con eso por ahí con eso tan grosero? 

- ¡Por supuesto! Los groseros son ellos – exclamé muy digno. 

- Ya veo los titulares – rió haciendo una mueca tonta y poniendo voz gutural –.´´El vampiro se vuelve un maleducado´´. 

- Tenlo por seguro – reí apurando el espresso del desayuno -. ¿No vas a comer nada, amor? 

- Uf, tengo como una bola en el estómago, no puedo comer ahora, Rob. 

- Son nervios. Tómate al menos un café – dije besando su frente mientras le tendía la taza. 

- No sé si seré capaz. Me pone más nerviosa pensar en ese baile que… que las escenas de sexo. 

Reí al escucharla. 

- Lo digo en serio, no te rías – dijo intentando contener la risa. 

- Eso es bueno – asentí -. Creo que el día que dejé de sentir esa sensación en el estómago al inicio de un rodaje o ante una escena difícil lo dejaré, dejaré de actuar. 

- Sí, yo también. Pero es angustioso – dijo bajando la mirada. 

- Eh. estaré ahí todo el tiempo. Tú mírame a mí. Hazlo y no pienses – me acerqué y susurré sobre su pelo, abrazándola. 

Y ella se apretó a mi cuerpo rodeándome con sus brazos, suspirando muy suave, sonriendo.

...CONTINUARA...