Fic 'La Fundación', Capitulo 24 por V-Team

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Fic La Fundación  Capitulo 24 
"Behind the Scenes - ROB"

por V Team

Imágenes: Elena

Todas se quedan mudas cuando Dolores nos informa que Pía está en la puerta. Las entiendo pero tampoco veo por qué ser groseros, ella también formó parte del equipo de la Fundación Crawley y me ofrezco a recibirla, además quiero advertirle que no toleraré ninguna grosería más. Me saluda feliz pues no sabía que yo me encontraba en la casa. Me explica que sólo ha venido por unas cosas que ha dejado olvidadas. 

-Me alegra verte también Pía, pero de verdad espero que vengas en son de paz, sabes que aprecio a todas las chicas y por lo mismo no tolerare que ofendas a ninguna. 

-Claro que no Rob, estoy arrepentida por la forma en que actué. Las cosas con mi familia siguen mal y ahora, créeme añoro esta casa más que nunca, sin embargo sé que merezco no regresar, solo tomaré mis cosas y me iré. 

Parece sincera y la hago pasar. La verdad es que el caso de Pía me da un poco de pena, todas aquí tienen una historia, algunas más tristes que otras, pero todas son mujeres fuertes, maduras y sensibles. En cambio Pía siempre lo tuvo todo, menos amor. Su familia es rica pero nunca le dieron atención, la hicieron dependiente y consentida, pero se rebeló cuando su padre quiso obligarla a casarse con alguien a quien ella no quería y huyó, fue cuando Ani la encontró fuera de la casa y de alguna forma la “adoptamos”. 

Cuando entramos a la casa es Lena quien se encarga de saludar a Pía, luego de que les explicara su repentina llegada, yo pido a Lena la disculpe pues siento dureza en sus palabras. 

-No tienes que disculparme Rob, sé que actué mal y les pido una disculpa, en especial a ti “V” –dice Pía y por alguna razón ya no la veo tan sincera–como les dije no pienso quedarme, les repito, sólo vine por unas cosas. 

Me viene a la mente el presentimiento de “V”, y por primera vez desde hace mucho tiempo, siento miedo, hay algo en la forma en que Pía mira a “V” que no me gusta. Cuando dice que irá a la que era su habitación por sus cosas, me ofrezco a acompañarla, prefiero vigilar cada paso que de, no quiero que deje nada y vuelva con el mismo pretexto. Tal vez estoy exagerando pero más vale prevenir. 

En el pasillo cerca de su habitación Pía se detiene, parece que va a romper en llanto y se arroja a mis brazos. 

-Oh Rob, es que no sé qué hacer, mi padre insiste en que lleve a cabo sus planes, ha amenazado con desheredarme, ¿qué haré? 

-No tienes que obedecerlo, puedes trabajar. 

-Tú sabes que nunca he trabajado, cuando estuve aquí les molestaba que casi no hiciera nada. 

-Pero tienes estudios, hablas varios idiomas, algo encontrarás. 

-Rob, estoy desesperada –dice y sigue llorando. 

En ese momento aparecen “V” y Berta, no quiero que piensen algo que no es, y les explico. Ellas no hacen mucho caso y siguen hasta sus habitaciones. 

-Te llevaré a tu hotel –le digo porque quiero sacarla de la casa ya mismo. 

-¿En serio? Gracias. Rob… podrías traerme agua, por favor, necesito tomar mi pastilla para la jaqueca –me pide Pía. 

-Claro, enseguida. 

Bajo deprisa hasta la cocina por el dichoso vaso con agua, me siento nervioso de no estar vigilándola. En la cocina me encuentro a Juno que me suplica que no permita que Pía regrese, le aseguro que no. Subo de nuevo y no la encuentro, me asusto, ¿A dónde diablos se metió? Camino rápido hasta la habitación que ocupaba antes y abro la puerta sin avisar, me tranquilizo al verla ahí, metiendo cosas en una pequeña maleta. 

-Te estaba buscando. 

-Ya casi estoy lista. 

-Bien, te espero abajo –le digo esperando que las chicas se hayan ido ya. 

Salgo de la casa para comprobar que se hayan ido, pero están por subir a la camioneta Suburban, Irina me pregunta si no deseo acompañarlas, le invento cualquier cosa, para no ir. Solo quiero sacar a Pía de la casa. Y las observo marcharse de camino a la zona hotelera. 

Me quedo ahí parado esperando que Pía baje. No tarda mucho y tomo prestado el Volvo. Calculo que estaré de vuelta en una hora, o tal vez alcancé a las chicas en el centro comercial. 

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-Rob, podrías aparcar en esa playa, mañana me marcho y quisiera admirarla una vez más –me dice cuando estamos entrando a la zona hotelera y encontramos una playa pública. 

Me siento un poco más relajado y accedo. Bajamos del Volvo, Pía baja por la escalerilla que baja a la playa y se recarga de la barandilla, se queda pensativa, tiene la mirada perdida y parece que ha entrado en algún tipo de trance, vuelvo a asustarme. 

-Ella es afortunada –dice después de un rato. 

-¿Quién? 

-La mujer con la que sueñas, oh, no me malinterpretes, quiero decir que cuando encuentres a esa mujer con la que sueñas, será muy afortunada –su juego me asusta de nuevo, por un momento creo que me ha descubierto. 

-Nos vamos –le digo. Y nos encaminamos hacia su hotel. 

No puedo evitar ser un caballero así que bajo del auto y le abro la puerta, le ayudo con la pequeña maleta. 

-Gracias Rob, fue un placer haberte conocido –me dice y me abraza como despedida. 

-Cuídate Pía. 

Salgo de ahí aliviado de que las cosas no empeoraran, quiero sorprender a las chicas en el centro comercial, pero el sorprendido soy yo cuando las encuentro y “V” no está. Berta me ha dicho que tuvo un fuerte dolor de cabeza y regreso a la Fundación. Me decepciono un poco y también me preocupo, pero ahora no puedo ir corriendo para allá así que espero a que las chicas terminen sus compras. 

“V” no sale por el resto del día de su habitación, no quiero molestarla y decido que me colaré en su cuarto hasta pasada la medianoche como siempre. 

Estoy ansioso por besar a mi chica, salgo de mi habitación y verifico que no haya nadie en el pasillo, me tiemblan las rodillas, tengo tantas ganas de ella, camino despacio hasta su cuarto e intento abrir, pero mi mano se queda helada al descubrir que la puerta tiene el pestillo. Pienso en tocar, pero me detengo con el puño a dos centímetros del rectángulo de madera. “Por algo habrá cerrado”, pienso y regreso a mi cuarto. 

No puedo dormir, doy vueltas en la cama, cierro los ojos y me imagino acariciando lentamente su suave piel. Me he excitado tan solo al pensar en ella. Me doy una ducha, tanto calor no ayuda a tener la cabeza fría. Regreso a la cama pero paso la noche pensando si “V” estará bien o si… ¡claro! Está molesta, seguro se enfadó cuando me vio en el pasillo con Pía. Me calmo al pensar que debe ser una tontería, ya le explicaré que no tiene nada que preocuparse y sonrío al pensar que se ha puesto celosa. 

Despierto muy tarde luego de casi no haber podido dormir, y supongo que las chicas ya habrán desayunado. Cuando bajo me doy cuenta que tengo razón y Dolores ya está recogiendo la mesa, ofrece servirme algo pero le digo que lo haré yo mismo en la cocina. 

-Las señoritas están en la terraza. 

-Gracias Dolores. 

Me olvido del desayuno, lo único que quiero es verla y saber cómo está. 

Encuentro a las chicas, conversando en grupos y me molestan por no haber desayunado con ellas, incluso Juno me pica el estómago con el dedo índice. Y allí está ella, parece sentirse bien, está conversando con Fina y ella la escucha con atención. 

-Hola, ¿estás mejor? Tenías dolor de cabeza. 

-Sí, estoy mejor, gracias –me contesta intentando esbozar un sonrisa, de esas que se hacen por amabilidad. 

-Rob, ven, siéntate aquí –notó incómoda a mi chica – “V” me estaba describiendo cómo es el trabajo que ella y las demás hacen en la casa hogar, cuando no están colaborando con otras Instituciones de asistencia, “V” dice que en la casa hogar no sólo hay niños, sino ancianos y otras personas en estado vulnerable. Creo que me encantará trabajar directamente ahí. 

-Claro Fina, Lena es quien coordina todo eso, pero no veo ningún inconveniente. 

“V” se disculpa y se retira, sé que no está del todo bien, no puedo saber si está triste o enojada, a veces las mujeres son tan difíciles. Creo que cuando Stephanie Meyer escribió que Edward no podía leer los pensamientos de Bella era en realidad una metáfora, realmente las mujeres son tan difíciles de leer, y nosotros los hombres no somos adivinos. Sigo platicando con Fina y cuando Liz y Berta se nos unen me disculpo yo también; quiero saber qué demonios le pasa. 

Busco a “V” por la casa pero no la encuentro, finalmente me topo con ella en la playa, parece que viene de dar un paseo. 

-Hola, ¿podemos hablar? 

-Claro, ¿qué necesitas? –noto indiferencia en sus palabras. 

-Bonita, ¿te pasa algo? Pareces molesta y ayer… anoche cerraste tu puerta, si… si es por lo de Pía, te juro que… 

-¡Por favor Rob! no tienes que jurarme nada –dice irónica. 

-¡Lo del pasillo fue solo un abrazo! Por favor… 

-¿Un abrazo? Rob te vi cuando salías de su hotel. 

-¿Qué? Te equivocas yo solo… –me quedo callado y pienso que pudo haberme visto cuando me despedí de Pía afuera del hotel. 

-Reconozco que fui una estúpida al no pensar que te acostabas con todo tu harem. Qué ingenua al creer que era la única. Pía, yo, ¿Quién más Rob? ¿Maca? Claro, eso de las clases de español… ¿Irina? ¿Vero? ¿Es que aún sigo pecando de ingenua y te acuestas con todas? 

-Estás muy equivocada, solo tú... yo solo fui a dejar a Pía a su hotel. 

-No te creo, pero tú no tienes la culpa, discúlpame, no quiero seguir discutiendo… no me siento bien, voy a mi habitación. 

-“V” yo… –le digo tomándola del brazo para evitar que me deje ahí solo –te digo que no es como dices, hablaremos cuando estés más calmada –le digo y la veo regresar a la casa. 

No entiendo por qué está así, no solo es por lo que vio, eso no quiere decir nada, debe haber algo más. Tengo que hallar la forma de convencerla, pero de momento es mejor que se calme, parece muy alterada. Estábamos tan felices, no entiendo cómo paso esto. 

***

Irina está por irse al aeropuerto y me ofrezco a llevarla en vez de Vicente, no sé cuando volveré a verla y quiero aprovechar el tiempo. 

-¿Y sobre qué trata tu próximo proyecto? –pregunta Irina de camino al aeropuerto. 

-Empiezo trabajo de mesa de un thriller de David Fincher en tres semanas, pero no soy el protagonista. 

-Interesante, ha dirigido a Brad Pitt en varias ocasiones, ¿cierto? Seven es… escalofriante. 

-Sí, creo que tendrá buenos resultados. Y tengo un proyecto para producir y no sé… tal vez lo actúe también. 

-¿De qué va? 

-Es… sobre los Beatles, pero lo estoy analizando, quieren que yo interprete a John Lennon, claro habría mucha caracterización y Tom haría el papel de Paul. 

-¿Es en serio? ¿Tom Sturridge? ¿el niño bonito? 

-Aún es un proyecto, ni siquiera tiene título, tal vez sea Misery o Chains, es solo el concepto, pero no sé ya estamos un poco mayorcitos para esa etapa de los Beatles. 

-Oh vamos, no cumplirás los treinta hasta dentro de seis meses y suena interesante, puede quedar muy bien. Sabes que yo te apoyaré en todo lo que hagas. 

Reímos al imaginar situaciones referentes al proyecto. Cuando llegamos al aeropuerto una chica me reconoce y me aborda. 

-Oh Rob, ¡qué gusto! yo soy… –mi fan número uno, pienso –¡tu fan número uno!, he visto todas tus películas. 

-Gracias –le digo a la chica –no dejes de verlas –le digo luego de concederle una foto. 

-El precio de la fama –comenta Irina una vez que nos hemos alejado. 

-He pensado en tomarme un año sabático, no he parado desde Crepúsculo y tal vez eso enfríe las cosas y por fin cumpla mi deseo de hacer teatro. 

-¿Lo crees? No creo que tus fans se olviden de ti tan pronto. 

Tal vez Irina tenga razón pero es un riesgo que debo correr. La acompaño  hasta el mostrador donde obtiene su pase de abordar y buscamos un lugar donde platicar un rato. Finalmente ha llegado el momento de despedirnos, mi amiga regresará a España y yo debo intentar arreglar las cosas con “V”. Ha sido maravilloso tener a Irina de visita. 

-Rob, ¿seguro quieres mantener en secreto lo de… 

-Sshhh –le digo poniendo un dedo en mis labios –sí es lo mejor. No quiero decepcionarla, ni que se haga ilusiones, si logro mi objetivo prefiero que sea una sorpresa. 

-Pero si ella supiera, podría ayudar. 

-Tal vez, pero creo que es mejor así –me acerco para abrazar a Irina como despedida –vuelve pronto ¿quieres? 

-Lo intentaré. ¡Hey Rob! –me dice cuando ha pasado los torniquetes de acceso –¡Suerte! 

-¡Gracias! –le digo agitando mi mano como despedida. “Suerte”, creo que la necesitaré. 

***

Estoy saliendo del aeropuerto cuando suena mi teléfono. Seguro es Lena para saber que todo está bien. 

-Diga 

-Rob, ¿eres tú? Me alegra saber que escucharé tu voz por última vez. 

-¿Quién es? 

-Mis problemas no tienen solución, pero yo voy a darles una. 

-¿Pía? 

-Sí, quería despedirme de ti. 

-¿Pía estás bien? –pregunto al escuchar su voz completamente perdida. 

-No, pero lo estaré muy pronto, Rob, me voy a donde mi padre no pueda encontrarme. 

-Por favor, no hagas una estupidez 

-Adiós para siempre Rob. 

¡Oh por Dios! Que no sea lo que estoy pensando. Pía no es mi persona favorita en el mundo pero no puedo evitar desear que se encuentre bien, arranco el Volvo y me decido a ir a su hotel. Solo espero llegar a tiempo y evitar una tragedia. 

...CONTINUARA...