FanFIC no.98 'Brasil. Rob'

Somos un Blog ROBsessed, donde solo deseamos seguir contando la versión de Irina en la historia Robsten como lo veníamos haciendo anteriormente. Este FanFic es parte medular de este Blog ROBERT PATTINSON EN ESPAÑOL, razón por la cual  suplicamos RESPETO al comentar los relatos. Si No os sentís preparados para leerlos No lo hagáis, eso no va a ofender a Irina. Pero rogamos evitéis críticas destructivas que si pueden molestar mucho y crear mal ambiente en el Blog.

Asi quedarán organizados los FICs en este blog:

LUNES:  FanFic Robsten de Irina
                     Fic la Fundación de VTeam ***NUEVO***
MARTES:  Fic 'El fin del Mundo' de Xim
MIÉRCOLES:  FanFic Robsten de Irina 
JUEVES: Fic 'El fin del Mundo' de Xim
                   Fic la Fundación de VTeam  ***NUEVO***
VIERNES: Fic '50 Sueños de Verano' de Irina

Para leer Fics Anteriores de IRINA clic ---> AQUI

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * 

FanFIC no. 98

"BRASIL. ROB"
Imágenes: Elena

- Bueno, ya que vamos a sudar de todas formas… - susurré con voz sexy.

- ¿Qué? – dijo Kristen mordiéndose el labio con picardía. 

Me encanta que haga eso y lo sabe, ella lo sabe muy bien.

- Pues que podemos sudar por una buena razón, ¿no crees, amor? – dije acercándome a ella, gateando sobre la enorme cama.

- Pareces un felino a punto de saltar – rió. 

Adoro hacerla reír.

- Sobre mi presa – dije gruñendo, atrapándola entre mis brazos y besando su cuello con una de mis mejores sonrisas torcidas.

´´Yo también sé jugar a poner caritas, mi vida´´, pensé.

Comenzamos a besarnos con pasión, enredando nuestras lenguas mientras nos desnudábamos con urgencia. Pero es muy difícil ponerse al tema cuando desde la ventana llegan los gritos de cientos de chicas que corean tu nombre sin parar. Intenté seguir pero a Kristen le entraba la risa y tuve que dejar de acariciarla. Me sentía ridículo.

- Parece que nos están animando – rió Kristen.

- ¡Sí, venga, mete la mano, venga! ¡Joder, así no se puede! – dije golpeando la cama con el puño sin poder evitar una sonrisa que acabo en carcajadas de los dos.

- Yo tampoco me concentro. Parece que tenemos público – dijo Kristen resoplando.

- Y este… ¡jodido calor!

Nos dimos la vuelta en la cama y nos quedamos mirando al techo, ya desnudos.

- ¿Y si intentamos dormir? – propuso Kristen.

- Quizás sea lo mejor – suspiré.

Volvimos a girarnos frente a frente, en silencio y estuvimos así mirándonos un buen rato. Sonreí y ella también.

- como maquinando.

Me entró la risa y ella me acarició el pecho.

- He tenido una idea – susurré.

- ¡Lo ves! Lo sabía.

- ¿Y si… apagamos la luz? ¿Qué pasará ahí abajo? – dije travieso.

- No sé. ¿Probamos?

Alargué el brazo, presioné el interruptor junto a la mesilla y todo quedó en penumbra en la habitación. De pronto, afuera, se hizo el silencio por un instante y justo después escuchamos un grito colectivo de júbilo que nos hizo explotar de la risa.

---------

Los coros de las fans cesaron por completo poco después de apagar la luz. No les entendíamos pero creo que nos deseaban buenas noches.

- ¡Por fin! Son más de las dos – resoplé aliviado.

- Parece que se han apiadado de nosotros y nos quieren dejar dormir.

- ¿Quieres dormir? – dije acariciando su cintura en la oscuridad.

- ¿Y tú? – susurró con voz muy muy sexy.

- Creo que me he desvelado – sonreí.

- Pero hace demasiado calor para… hacerlo. Vamos a sudar… mucho- dijo con la voz sexy a más no poder, jugueteando con el vello de mi pecho.

- No importa, preciosa – susurré atrayéndola hacia mi incipiente erección.

- Ahora que lo pienso…

- Dime – dije en voz muy baja, intentando no romper aquel esperado silencio.

- Nunca lo hemos hecho con la luz apagada – susurró.

Dar clic en 'MAS INFORMACION' para seguir leyendo el fic

- Es cierto y puede que sea interesante ¿no crees?

- Sí, interesante – rió.

Su risa y el calor que desprendía su cuerpo en la penumbra de la habitación me inundaron los sentidos. Alcancé su boca guiándome por su dulce aliento y enredé mi lengua con la suya en un beso largo, profundo, muy intenso. Comencé a acariciar su cuerpo profundizando la intensidad del beso, sin abandonar su boca, insistiendo con mis labios. Ella gimió quedamente y la atraje con fuerza hacia mí. 

Nuestros ojos ya se estaban acostumbrando a la oscuridad. Eso y la claridad que entraba por los ventanales, procedente de las luces de la ciudad nos permitían vislumbrarnos cada vez mejor. Podía apreciar los contornos de su hermoso y pequeño cuerpo, el brillo de sus labios húmedos, de sus ojos. Pero sobre todo, debido a la oscuridad, con los restantes sentidos exacerbados, podía oír y sentir en mi pecho más que nunca cada suspiro, cada roce de nuestros cuerpos, cada gemido que amenazaba con escaparse.

---------

Hacer el amor produce, de por sí, calor y pronto comenzamos a sentir cada uno el calor del otro. Ardíamos abrazándonos, tocándonos.

La miré, me miró a los ojos y me quedé anclado en los suyos. En ellos había deseo, un fuego verde y salvaje de anhelo. Yo también estaba excitado, mucho. Seguí besándola por el cuello y los hombros bajando hacia su escote, alcanzando sus pequeños pechos níveos.

El contacto con su piel desnuda es la sensación más maravillosa del mundo. Me coloqué encima, alcancé su sexo y con mis dedos le separé los labios con suavidad. Mientras ella me miraba a los ojos con lujuria, dejándome hacer.

Me introduje entre sus piernas suaves y calientes y ella se frotó contra mi erección haciéndome sentir la más deliciosa de las caricias con tan solo la suave fricción de sus muslos. 

Kristen estaba húmeda, empapada. Presioné con la punta de mi pene en su entrada y la sentí abierta y dispuesta. Me retire un poco para volver y penetrarla. Al hacerlo ambos gemimos a la vez. Volví a empujar más profundo y ella arqueó la espalda para facilitar que mi duro miembro entrara por completo, resbalando fácilmente.

Al principio me moví despacio, apoyándome sobre las palmas de las manos, con los brazos a ambos lados de su cuerpo. Pero deseaba sentirla con fuerza, así que salí de ella para penetrarla de golpe, impulsándome con vigor, mientras Kristen me tenía entre sus muslos apretados, disfrutándome. Un fuerte gemido de placer se escapó de su boca haciéndome gemir a mí también.

- ¡Eso es nena…! - dije recreándome en su placer.

- Siénteme… - Dijo de forma entrecortada, entre suaves jadeos, acompasados con mis empujes.

- Te siento, amor… sí… - gruñí entre dientes conteniéndome para prolongar al máximo aquel goce sublime.

Cerré los ojos para concentrarme en las sensaciones, en darle todo, en que sintiese mi fuerza, en sentir su entrega y una potente embestida, muy profunda, estremeció su vientre e hizo que mi miembro latiese poderoso.

- ¡Más, más rápido, más fuerte. Por favor… más…! – imploró entre suspiros entrecortados.

Su calor, su respiración errática, saliendo en breves soplos de sus labios y fuertes sobre mi cara, su aliento cálido y dulce aturdiéndome, sus ojos clavados en los míos. Puro deseo, puro placer, todo amor.

Pronto estuve empapado en sudor. Me puse de rodillas y la alcé sujetándola por las caderas para incrementar el ritmo de mis penetraciones. Su cuerpo se agitaba excitado empujándose contra el mío, siguiendo el ritmo de mis acometidas. Ella también sudaba. Podía ver como brillaba su frente y su pecho bañado en su transpiración.

Nuestros cuerpos brillaban sudorosos y ella acariciaba el mío posesiva. Jadeábamos sofocados a un ritmo ya frenético. Gotas de sudor resbalaban por mi pecho goteando sobre ella, mojándola. Un hilo de sudor fluyó de mi frente hasta la punta de mi nariz y en una intensa estocada varias gotas cayeron sobre sus pechos brillantes de mi saliva y de su sudor, del de los dos mezclados en esa danza sexual tan maravillosa y desenfrenada.

- Estás empapada – jadeé.

- Y tú – gimió con fuerza justo cuando la penetraba hasta el fondo de sus entrañas.

- ¡Qué caliente eres, preciosa! – gruñí de gusto presintiendo el orgasmo en su interior, a punto de derramarme.

Salí de ella y la penetre una vez más con un fuerte y rápido movimiento de mis caderas empujando, sacudiéndola, llenándola, haciéndola gritar mi nombre y gritando con ella. Y cerré los ojos para vaciarme entre potentes espasmos de puro placer, sin dejar de moverme dentro, apurando nuestros orgasmos, vibrando y gimiendo con cada uno de sus quejidos, con cada estremecimiento de su vientre y de sus muslos temblorosos y mojados. 

Presioné su bajo vientre con la palma de mi mano para sentir sus potentes palpitaciones y me quedé quieto disfrutando un poco más de su tierno y caliente interior ya en calma.

´´Te quiero´´, musitó casi sin voz, ronca, sudada, exhausta y temblé de amor por ella. La levanté y la apreté con fuerza contra mi cuerpo, besándola en la frente mientras le susurraba: ´´ y yo a ti amor´´. Y esas palabras casi dolían en mi pecho de tanto que me hacía sentir. El oírla decir que me quería es lo más hermoso que podría escuchar jamás de labios de Kristen. De la persona que más adoro en este mundo y de la que sé a ciencia cierta que amaré toda mi vida, pase lo que pase y le pese a quien le pese. Incluso sé que aunque ella dejase de quererme yo seguiría amándola igual.

---------

No sé si será porque La Saga está llegando al su fin pero últimamente me ha dado por pensar en esta extraña existencia que Kristen y yo llevábamos y reconozco que todo juega en nuestra contra, que este amor que sentimos nos va a costar mucho mantenerlo, más que a otras personas, porque está expuesto a la opinión de cualquiera, al escrutinio constante sin que podamos remediarlo. Porque juro que si pudiese hacerlo, poner remedio a esa disección despiadada de nuestra relación lo haría, costase lo que costase. Es lo que más deseo en este mundo, librarla de toda esta mierda que nos rodea. Por desgracia no puedo y eso me frustra cada día más.

A veces la miro, acurrucada entre mis brazos y tengo la sensación de que, más tarde o más temprano, todo tendrá un final. Que el amor para siempre solo existe en los cuentos de hadas, que a veces no basta y que poco a poco ambos estamos perdiendo el idealismo y la ingenuidad de la adolescencia, que eso nos hará más cínicos y desconfiados, menos inocentes y que al final nos pasará factura. Luego pienso en mis padres y creo que es posible, con esfuerzo, con renuncias, con momentos mejores y peores, sin falsos romanticismos. Pero miro a mi alrededor y esto es Hollywood.

La verdad es que la vida da muchas vueltas y más que nada temo que nos lleve por caminos diferentes y nos separe. Pero lo que tengo muy claro, de lo que estoy absolutamente seguro es de que siempre la amaré y que en el último instante de mi existencia estaré pensando en ella. Que recordaré la primera vez que la vi ante mí, en casa de Catherine, con 17 años, inocente, confiada y dolorosamente hermosa. Porque Kristen es mi niña y siempre lo será.

----------

Permanecimos abrazados, en silencio, con los ojos cerrados, disfrutando el uno del otro sin necesidad de palabras, únicamente conscientes y seguros de que en ese preciso instante de nuestras vidas nos amábamos muchísimo.

...CONTINUARA...