Fic 'La Fundación', Capitulo 35 por V-Team

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Fic La Fundación  Capitulo 35
por V Team

Imágenes: Elena

A pesar que mi felicidad no es completa, la noche de Año Nuevo ha sido la más especial de mi vida. Mi Ángel no deja de sorprenderme; haberse presentado aquí en la casa cuando no lo esperaba fue increíble, ya imagino lo que habrá pasado para poder llegar. Rob y sus detalles me desarman, me enamoran. La canción que ha compuesto, me ha emocionado hasta las lágrimas; cada momento a su lado es mágico. Estos últimos días han sido en verdad maravillosos, tengo la sensación de estar de Luna de miel, ya no me parece un sueño, cada día lo siento más real.

Rob me ha pedido un viaje, aprovechando que estamos solos. He decidido que lo llevaré a Guanajuato. No voy a ahí desde que era prácticamente un bebé y será maravilloso redescubrirlo junto a él. Además Guanajuato es uno de los estados más bonitos y estoy segura que le encantará.

Partimos el día dos, corrimos con suerte de encontrar vuelo directo y no hacer escala en D.F. Rob está muy emocionado, no deja de mirarme y sonreírse, a veces hasta me pone nerviosa. Hemos tratado de ser discretos en los lugares públicos y en el avión, ya que nunca faltan las personas que aunque sin malicia se sienten reporteros y sacan fotos con su celular. Luego de dos horas y media de vuelo, aterrizamos en el aeropuerto del Bajío, en la ciudad de León, reconocida internacionalmente por la fabricación de calzado de calidad. Ahí alquilamos un auto para llegar a Guanajuato que está a una hora aproximadamente.

-Este país es en verdad grande, todo parece tan alejado. Parecen muchos países dentro de uno, además la gente es diferente en cada Estado, la forma de hablar y hasta la comida –comenta Rob en el auto.

-Qué cosas dices, supongo que pasa en todos los países. Si no, pregúntale a Berta y a Fina, lo mismo pasa en España.

-Sí tal vez tengas razón, me di cuenta cuando hice Little Ashes. Por cierto, hablando de España, olvidé por completo decirte que conocí a mi fan española, la que nos vio en el aeropuerto.

-¿En serio? ¿y cómo supiste que era ella?

-Me pidió un autográfo, y te mandó saludos, entonces supe que era ella.

-Qué atrevida, te dije que era muy simpática y que se podía confiar en ella.

-¿Sabes a qué se dedica? –Niego con la cabeza –es doble de riesgo, práctica artes marciales y Kick boxing. La he apodado agente 8:56. Y se me ha ocurrido una idea. 

-¿Cuál? 

-Lena me sugirió tener una guardaespaldas en Cancún y pienso proponerle que sea esta chica. ¿Qué opinas?

La idea me agrada, no quiero que vuelva a pasar algo como lo de Pía. Pero pongo cara de enfado.

-¿No te agrada la idea? Pensé que la chica te agradaba.

-Es que es muy guapa –digo mimada.

-¿Y?

-¿Acaso no recuerdas a Kevin Costner y Whitney Houston? –comienza a reír.

-Me encanta verte celosa.

Cuando estamos cerca de Guanajuato me confieso con Rob.

-Tengo que disculparme contigo, la verdad es que no voy a poder mostrarte este lugar de la misma forma que los otros.

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-¿Qué quieres decir?

-No vengo aquí desde que era un bebé, así que prácticamente descubriré la ciudad junto contigo.

Rob baja la velocidad.

-Pues eso hace aún más interesante la aventura –dice contento y me besa –tú y yo, solos, visitando una ciudad por primera vez, ¡genial! –me contagia su entusiasmo y seguimos el camino.

Guanajuato es una ciudad pequeña, colonial de calles angostas y callejones que parecen pasillos, fue erigida en una zona poco favorecida por la naturaleza, en una cañada, sin embargo ahí fue donde se erigió la ciudad más opulenta de la Nueva España, donde se levantaron exquisitos edificios y templos de estilo churrigueresco, como el Templo de la Compañía. Guanajuato fue declarada por la UNESCO patrimonio de la Humanidad, además de ser sede del evento artístico más importante de Latinoamérica, el Festival Internacional Cervantino.

En Guanajuato se transita dentro de un sistema de túneles que originalmente se crearon en el siglo XIX para solucionar el problema de inundaciones, y después estos túneles de desagüe dieron la idea para hacer calles subterráneas. Cuando por fin estamos en la ciudad, buscamos un estacionamiento porque en esta ciudad uno se mueve a pie. 

 

 Buscamos habitación disponible en algún hotel, pero todo estaba lleno, nos alejamos un poco del centro y por casualidad encontramos un cuarto en un hostal, La casa azul, me pareció que se llevaba bien con el tipo de viaje que queríamos tener, más austero; además que era algo muy característico de la ciudad. A pesar de ser un hostal, es muy cómodo y la habitación es muy confortable.Los hostales son muy populares durante el Festival Cervantino por su bajo precio, no solo porque viene mucha gente sino también porque la ciudad se llena de estudiantes con pocos recursos.

Una vez instalados, salimos a buscar algún lugar para comer, Rob se coloca la capucha de la sudadera y se pone los lentes oscuros.

-¿Crees que así pasaré desapercibido? –pongo los ojos en blanco.

-En realidad creo que llamarás más la atención, de hecho me recuerdas a Jim Carrey en las locuras de Dick y Jane –suelto una carcajada. 

Rob me rodea por la cintura y me aprieta fuerte contra su cuerpo, me mira muy serio pero sé que bromea, se acerca muy lento a mi rostro y olvido por completo que debo respirar. Espero que me bese, pero en vez de eso acaricia mi rostro con la punta de su nariz. Me desconcierta.

-¿Nos vamos? –dice soltándome un poco y dejándome a punto e intentando recobrar la cordura.

Entramos a un restaurante y pedimos las enchiladas mineras, un platillo típico de la región, que consiste en tortillas fritas rellenas de queso fresco y bañadas en salsa de chile guajillo. Me sorprende que Rob no tenga problemas con el sabor picosito de la comida mexicana, es de lo que más de quejan los turistas. De postre disfrutamos de una gelatina de cajeta, un dulce quemado de leche de cabra, parecido a lo que en Argentina se conoce como dulce de leche.

Cuando salimos del restaurante nos acercamos a un pequeño kiosco de información turística donde nos dan un mapa de la ciudad y nos señalan los principales atractivos. Caminamos por las callejuelas y entramos a un par de templos. Nos sentimos un poco cansados y regresamos al hostal.

 

La recepcionista nos comenta que en el comedor solo se sirve el desayuno, pero que se servían tragos en la cantina. Por supuesto Rob quiso visitarla. Resultó que el hostal tenía una pequeña cantina subterránea, con un toque medieval y con poca iluminación, de la cual Rob quedó prendado, nos sentamos en una mesa nos sirvieron una botana de cacahuates y bebimos Heineken. 

-Me encantaría tener una así en mi casa –dice mirando alrededor.

-Bueno primero tienes que tener la casa.

-Estoy seguro que pronto la tendré. 

Cuatro cervezas después, y Rob empieza a cantarme al oído mi canción, me hace estremecer. Luego en la habitación nos demostramos lo felices que estábamos de estar juntos, de la forma en que solo un par de enamorados pueden hacerlo.

***

Al día siguiente, Rob trazó el plan a seguir con la ayuda de los trípticos con la información turística. 

-Primero iremos aquí –me dijo mostrándome la foto del museo al que quería ir.

-¿En verdad quieres ir a ver Momias?

-Sí, ¿por qué no? Solo por morbo –dice y ríe.

No estaba muy convencida pero al final fue interesante ver las más de cien momias y descubrir que debían su estado de conservación a cuestiones naturales, y no a la técnica de embalsamiento, lo que daba origen a investigaciones científicas que apuntaban a que era debido a características del suelo. Al salir del museo Rob tuvo deseos de firmar el libro de visitas, y descubrió que el museo también había sido visitado por Tim Burton.

 

Luego de comer, visitamos el Museo Regional que se enfoca a homenajear a los héroes de la Independencia, pues en este estado es donde inició esa lucha. Ya casi por la noche, subimos a un pequeño cerro donde se encuentra el Museo-Mirador del Pípila, héroe popular conocido como con ese nombre y que reside en el mirador de San Miguel, ahí se tiene una espectacular vista de Guanajuato y sus alrededores, como la Universidad de Guanajuato, un edificio precioso y con mucha historia.

 

Estuvimos ahí desde que empezó a ponerse el sol y hasta que la ciudad se iluminó por completo fue un espectáculo maravilloso. Decidimos terminar la noche en una callejoneada, esta consistía en recorrer los callejones de la ciudad acompañados de una estudiantina, un grupo de jóvenes con habilidades musicales y que no necesariamente eran estudiantes, por cierto las estudiantinas tienen su origen español. Y así entre cantos y leyendas conocimos un poco más de la ciudad.

Hacia el final del recorrido un guía nos contó la Leyenda del Callejón del Beso, la cual es muy popular no solo en Guanajuato sino en todo el país. 

-Cuenta la leyenda –comenzó el guía –que en este angosto callejón, había dos enamorados Don Carlos y Doña Ana, y se veían a espaldas del padre de ésta. Pero cuando el padre de Ana se enteró de los amoríos de su hija, fue amenazada con que la mandaría a un convento si continuaba viendo a Carlos, incluso la amenazó con matarla, lo cual ella no creyó. Pero las malas noticias llegaron a oídos de Carlos que buscó la forma de entrar a la casa frente a la de Ana desde donde era posible tocar el balcón de su amada con tan solo inclinarse. Cierto día se encontraron ahí, Ana se sorprendió al verlo ahí y se dejaron llevar por la atmósfera romántica. Y cuando más abstraídos estaban los dos amantes apareció el padre de Ana a quien le enterró una daga en el pecho, Don Carlos enmudeció del susto y mientras la mano de su amada seguía entre las suyas, la besó dulcemente.

 

-Qué triste –susurra Rob.

-Sin embargo dice la leyenda que las parejas que visiten este callejón deben besarse en el tercer escalón de la escalinata y tendrán siete años de buena suerte.

Algunos jovencitos, lo hacen y otras personas se dispersan, Rob me toma de la mano haciendo que me detenga e imagino lo que quiere.

-¿Estás loco? No creo en eso.

-Oh vamos, no perdemos nada.

-Pero tenemos público –digo mirando alrededor aunque la verdad cada vez hay menos gente.

Dejo que Rob me conduzca hasta el tercer escalón, se inclina hacía a mí y me da un tierno beso pero tan entregado que no puedo evitar suspirar. Pienso y la fantasía se aloja en mi cabeza deseando esos siete años de buena fortuna a su lado.

Nos separamos del grupo de gente y nos perdemos entre los callejones que cada vez se hacen más oscuros y solitarios, lo que Rob aprovecha para comenzar un juego lujurioso que seguro terminaremos en la habitación del hostal.

***

-Aún no puedo decirte cuál de todos los sitios que me has mostrado de tu país me gusta más pero este fue especial –me dice Rob cuando estamos en el auto camino al aeropuerto

-Para mí también lo fue –le digo y acarició su mano que descansa en mi rodilla.

-No quisiera separarme de ti nunca.

Las palabras de Rob me duelen en el alma, no estoy segura de que recuperaré a Mía pero no pienso renunciar a ella, de momento no quiero pensar en ello, no todavía. Así que me limito a sonreír y a decirle que yo tampoco quiero separarme de él

***

Pasado mañana comienzan a llegar las chicas, tenemos compromisos de la Fundación pronto. Rob prefiere irse antes, y evitar especulaciones, recuerdo que no le conté de las sospechas de Fina y Berta, aunque tal vez es mejor así. Además de reuniones con su agente, Rob tiene programada una entrevista en un show de mucha audiencia en los Estados Unidos y necesita ultimar detalles.

-Voy a extrañarte mucho –le digo en la puerta para despedirlo. Hemos pedido un taxi para no despedirnos en el aeropuerto.

-Y yo a ti. Te prometo que… –baja la mirada y se queda callado.

-¿Qué?

-Que regresaré pronto –dice y me besa dulcemente antes de subir al coche.

...CONTINUARA...