FanFIC no.107 'Adios a Brasil. Rob'

Somos un Blog ROBsessed, donde solo deseamos seguir contando la versión de Irina en la historia Robsten como lo veníamos haciendo anteriormente. Este FanFic es parte medular de este Blog ROBERT PATTINSON EN ESPAÑOL, razón por la cual  suplicamos RESPETO al comentar los relatos. Si No os sentís preparados para leerlos No lo hagáis, eso no va a ofender a Irina. Pero rogamos evitéis críticas destructivas que si pueden molestar mucho y crear mal ambiente en el Blog.

Asi quedarán organizados los FICs en este blog:

LUNES:  FanFic Robsten de Irina
                     Fic la Fundación de VTeam 
MARTES:  Fic 'El fin del Mundo' de Xim
MIÉRCOLES:  FanFic Robsten de Irina 
JUEVES: Fic 'El fin del Mundo' de Xim
                   Fic la Fundación de VTeam  
VIERNES: Fic '50 Sueños de Verano' de Irina

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FanFIC no.107

"ADIOS A BRASIL. ROB"
Imágenes: Elena

Comimos en un restaurante junto al muelle, en una terraza con hermosas vistas. Frutos del mar grelhados, a la parrilla, con cerveza local de barril muy fría, a la que laman chopp. Al terminar paseamos por el muelle de la mano, seguidos de cerca por Dean, JB y el resto del equipo de seguridad, todo es acostumbrarse, y acabamos encontrándonos con parte del equipo de filmación, incluido Bill que nos invitó a unimos a ellos.

No se cómo pero Kristen y yo acabamos en un bar con jazz con actuaciones en directo, sentados muy juntos, algo borrachos y bastante cariñosos, escondidos tras unas macetas frondosas en la parte más privada del local. 

Un crooner bastante bueno comenzó a cantar 'Just the way you look tonight' al mejor estilo de Tony Bennet. Kristen me tomó de la mano y nos levantamos con disimulo, escapándonos a una terraza del reservado. Bill y los demás estaban en el interior del local tomando caipiriñas y no nos echaron en falta.

- Estamos solos. Baila conmigo – me pidió Kristen.

Sonreí y la agarré por la cintura.

- Espero no pisarte – bromeé.

- ¡Bailas bien! Te haces el torpe, Rob. Además yo tampoco estoy muy sobria así que… ¡Ups! ¡Ves, te he pisado yo a ti! – rió.

La música llegaba hasta nosotros y los dos nos abrazamos para balancearnos lentamente. Y perjudicado como estaba me puse a cantarle al oído con ternura.

Someday, when I'm awfully low 

when the world is cold 

I will feel a glow, just thinking of you 

and the way you look tonight

- Te pones tan tierno cuando estás achispado… - suspiró Kristen sonriendo.

- Y a ti te gusta que me ponga tierno – sonreí besando su frente.

- Me encanta – susurró -. Canta, por favor Rob.

oh but your lovely 

with your smile so warm 

and your cheeks so soft 

there is nothing for me, but to love you 

just the way you look tonight

- Está canción… es perfecta, ¿no crees? – le susurré al oído.

- Es un poco triste.

- Hay canciones antiguas que son perfectas. Esta nos es triste. Describe como arrugas la nariz cuando sonríes – sonrío algo avergonzado de mis propios pensamientos -. No me hagas ni caso. Soy un antiguo.

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- No, no lo eres. A mí también me encantan las canciones antiguas.

Kristen me devolvió una sonrisa cargada de ternura y me acarició el cabello, hasta alcanzar mi nuca y enredar sus dedos en ella, jugueteando con mi pelo en una de sus deliciosas manías. Estaba preciosa. Las pecas de sus mejillas sonrosadas y suaves, su boca tierna y húmeda y sus ojos verdes sensuales, adormilados.

- ´´Toca mi tonto corazón encantadora, nunca, nunca cambies. Mantén ese encanto despampanante ¿Lo puedes hacer? Porque te amo´´ - susurré cantando muy bajito, acariciando sus mejillas con el dorso de mis manos.

- Yo también a ti. Ya sé que no lo digo mucho pero… no quiere decir que no lo sienta. Es que yo… – dijo con un brillo especial en los ojos, una especie de tristeza que asomaba sin querer.

- Shhhh… - susurré y no la dejé continuar hablando. Solo la besé muy suave y lento, en los labios.

Es cierto, me gustaría que me lo dijese más, que no le costase decirlo, porque cuando lo hace es lo mejor que puedo escuchar en el mundo, oírle decir que me ama. 


A mí no me cuesta nada, pero quiero pensar que así tienen mucho más valor sus palabras. Pero a veces, solo a veces, quiero más.

Al regresar a la Posada continué tarareando por el camino: Algún día, cuando esté muy triste y el mundo esté frío sentiré un resplandor con sólo pensar en ti. Y como luces esta noche.

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Meses después, en la promoción de Amanecer Parte 1, Bill se refirió a aquella noche en concreto, a la de la tormenta. “Fue increíble. Nos vimos atrapados en medio de esa tormenta enorme. Nunca la olvidaré´´, dijo Bill. 

Y nosotros tampoco. Ni esa noche ni muchas otras porque rodando la Saga vivimos experiencias increíbles que los que formamos parte de ella nunca olvidaremos. Yo por lo menos estoy seguro de que no lo haré jamás. Sé que si todo va bien rodaré muchas películas en mi vida. Es lo que quiero hacer, de eso estoy seguro, pero también sé que La Saga, sobre todo el primer rodaje, el de Crepúsculo, será siempre un rodaje especial, el mejor que he tenido.

Creo que en este trabajo todos los personajes que hacemos nos influyen en cierto modo. A veces nos hacen pensar, madurar, ver dentro de nosotros mismos, saber lo que queremos de la vida y lo que no pero Edward, tan contenido y afligido, se quedará para siempre conmigo, un poco al menos. 

Lo que menos me gusta de él es su engreimiento y que a veces parece que le han metido un palo por el culo de lo estirado y rígido que es. Y en eso no me parezco en nada, no señor. Y aunque al principio creía que el personaje y yo no teníamos nada en común, con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que sí hay algo de él en mí. Es como un amigo que aparece de vez en cuando y que me ha enseñado a no rendirme fácilmente. Esa especie de lealtad inquebrantable que tiene hacia su familia y sobre todo hacia Bella es lo que más me gusta de él. Es capaz de dejarla por su bien, de hacerse a un lado a pesar suyo y renunciar. Admiro esa falta de egoísmo en Edward. 

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El día 12 se reanudaron las grabaciones con algo más de luz pero sin que regresase el buen tiempo. 


Llovizno un poco pero paró lo justo para rodar algo más en la playa que creo recordar se descartó del metraje final.

Al día siguiente, el día 13 se hicieron unas cuantas escenas breves por la mañana y al mediodía. 


El desayuno, arrumacos en el sofá y alguna más con los actores que hacían de los guardeses de Isla Esme y escenas breves de la luna de miel. 

Por la tarde, a eso de las 5, Bill nos llamó a todos para reunirnos en la terraza de la casa.

- Tenemos suficiente material rodado y el resto lo conseguiremos en interiores ya en USA, así que… despidámonos de Brasil. Buen trabajo – dijo levantando las manos y aplaudiendo.

Todos aplaudimos también y nos felicitamos unos a otros con abrazos y palmadas en la espalda. 

- Me va a dar pena irme de Brasil – le dije a Kristen.

- ¡Uf! A mí también – dijo haciendo un gesto con los labios apretados, intentando no aparentar tristeza.

Kristen suspiró, me agarró por la cintura. Yo la besé en el pelo y nos unimos al resto del equipo para despedirnos de ellos con besos y abrazos, hasta nuestro regreso a Baton Rouge. 

Para algunos su trabajo terminaba allí y se despedían con tristeza de viejos conocido de otros rodajes y de nuevos amigos que habían hecho en este y se deseaban trabajo y volver a reencontrarse de nuevo en otra película y sentí que yo ya era parte de ese mundo, que pertenecía a él por derecho propio y que no era ni más ni menos que el resto de los trabajadores de este maravilloso oficio que consiste en contar historias, entretener, emocionar, hacer reír o llorar y hacer pensar y sentir a otro ser humano mediante imágenes en movimiento. 

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Para terminar con nuestra visita a Brasil a Kristen no se le ocurrió otra cosa que darnos un chapuzón en el mar. El día estaba desapacible y gris pero a mí también me pareció que era una buena forma de despedirnos del benigno clima brasileño. Ibamos a tener frío suficiente por unos meses en cuanto regresásemos a Vancouver.

Para ello nos acercamos al embarcadero de la playa privada perteneciente a la casa. Ni corta ni perezosa Kristen se enroscó en una toalla y se enfundó un bikini blanco que había traído y que aún estaba sin estrenar. Yo enseguida caí en la cuenta de que no tenía bañador, de ningún tipo.

- Yo no tengo bañador – dije.

- ¿No has traído?

- No, se me ha olvidado. El único que tengo lo tengo en L. A., creo que ha acabado en el trastero que alquilé. Nunca voy a la playa así que no me acuerdo de ningún jodido bañador – alegué encogiéndome de hombros.

- ¡Oh, Rob! – rió -. El del rodaje te lo he guardado en la maleta y está en la habitación, en el pueblo.

- Es igual – dije bajándome los pantalones -. En boxers.

Kristen se rió a carcajadas y se lanzó al agua avergonzada de mí.

- ¿Está fría? – dije riéndome mientras se alejaba nadando.

- ¡Tírate! ¡Estás en ropa interior! – me gritó

- Dime como está el agua primero – grité.

- ¡Tú tírate!

Lo hice y algún paparazzi me inmortalizó para la posteridad en un salto muy poco atlético. Nada más notar el agua pegué un chillido. Estaba fría, demasiado para mi gusto.

- ¡Joder, está fría!

- ¡No tanto! – rió Kristen.

- Sigo pensando que esto parece Inglaterra –dije y pude oír su risa acompañando a la de Dean y JB.

- Creo que estos dos se lo pasan en grande a nuestra costa.

- No, más bien a la tuya Rob – rio Kristen.

- Soy el payaso del grupo – dije asumiendo mi condición y nadé hasta alcanzarla.


   ...CONTINUARA...