Charlotte de Capet, Numero Uno ha escrito un artículo "Retrato de Robert Pattinson - Dior Muse" que presenta citas de Rob. A continuación hay un extracto:
Impulsado por un requisito constante en la elección de los directores con los que colabora, Robert Pattinson ha elegido estar en el linaje de los grandes actores, aquellos que, liderados por su pasión por el cine, son capaces, con la única fuerza de su voluntad para forjar una gran carrera A los 33 años, la cara del nuevo Eau de Toilette Dior Homme ciertamente no ha terminado de sorprendernos.
Robert Pattinson apenas mira por la ventana. No solo porque el mundo exterior lo asusta, sino porque a sus ojos solo importa su mundo interior. Por lo general, se queda en su habitación, mira películas o series de televisión. Así logró ver cuatro temporadas de Juego de Tronos en setenta y dos horas, una actuación que lo asombra. De lo contrario, lee, Michel Houellebecq, como suele explicar cuando su interlocutor es francés. De lo contrario, prosaicamente, el actor se refiere a las lecturas indicadas por los directores bajo cuya dirección trabaja.
Fue en su habitación donde Robert Pattinson concibió el resto de su carrera como un espectador atento y obsesivo. Entre los actores de su generación, su filmografía es una de las más originales y convincentes: Cosmópolis y Maps to the Stars (2014) de David Cronenberg, The Lost City of Z (2017) de James Gray, The Rover (2014) y The King (2019) de David Michôd, Good Time (2017) de los hermanos Safdie, High Life (2018) de Claire Denis, Queen of the desert (2015) de Werner Herzog y, más recientemente, The Lighthouse (2019) de Robert Eggers, donde interpreta a un farero amenazado por una presencia sobrenatural, donde casi nunca abre la boca. Sus elecciones siempre son atrevidas, lo que refleja un desdén por lo que se llama un plan de carrera, lealtad a los directores con los que colabora, con cierto coraje para aceptar roles secundarios desde el momento en que un proyecto le interesa. “Ya sabes, los papeles secundarios me atraen particularmente. En Maps to the Stars o en The Lost City of Z, me quedé solo, era la ventaja de filmar en la jungla, James Gray tenía algo más que hacer. Nadie esperaba nada de mí. Podría hacerle preguntas al director, la película no estaba sobre mis hombros. Era como si apenas existiera. " Desde 2013, el actor ha sido el rostro de L’Eau de Toilette Dior Homme, un papel de musa que lo deleita, y mira, a sus ojos, el contrapunto perfecto para sus divisivas opciones de carrera. "Tuve una relación muy larga con Dior, es una gran experiencia filmar estos comerciales con ellos. Siempre he apreciado el contraste entre hacer películas atrevidas y este trabajo. La moda es muy diferente del cine y, sin embargo, ambos plantean un desafío igualmente emocionante. "
Robert Pattinson tiene una forma especial de hablar sobre sus películas. Si la cultura cinematográfica del actor, al igual que la forma en que la aprovecha para su carrera, parece obvia. Están las películas que lo han perjudicado, de las que trata de deshacerse, y aquellas cuyos poderes curativos elogia. Desde el rodaje de The Rover, un set futurista del oeste en el monte australiano, donde el actor interpreta a un hombre medio sordo y de mente decidida a rastrear a los tres hombres que robaron su auto y al perro en su maletero, él mantiene viva su memoria, una película con valor terapéutico. Pattinson estaba trabajando en el medio de la nada, el pueblo más cercano estaba a 300 kilómetros de distancia, vivía en un pueblo de cincuenta personas donde las temperaturas se acercaban a los 50 grados. Los canguros estaban tan poco acostumbrados a pasar autos que chocaron contra sus parabrisas. "Fue aterrador y peligroso al mismo tiempo, la mitad del equipo conducía en un automóvil manchado de sangre". Luego llegó un momento de epifanía. Robert Pattinson se encuentra en medio del desierto. Él comienza a mear. Lo hace con más facilidad y alivio que nadie está mirando la escena. Por primera vez, puede relajarse con total libertad, en el más completo anonimato. Aquí, en el monte australiano, a 900 kilómetros de Adelaida, al aire libre, redescubrió la libertad.
Impulsado por un requisito constante en la elección de los directores con los que colabora, Robert Pattinson ha elegido estar en el linaje de los grandes actores, aquellos que, liderados por su pasión por el cine, son capaces, con la única fuerza de su voluntad para forjar una gran carrera A los 33 años, la cara del nuevo Eau de Toilette Dior Homme ciertamente no ha terminado de sorprendernos.
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Robert Pattinson apenas mira por la ventana. No solo porque el mundo exterior lo asusta, sino porque a sus ojos solo importa su mundo interior. Por lo general, se queda en su habitación, mira películas o series de televisión. Así logró ver cuatro temporadas de Juego de Tronos en setenta y dos horas, una actuación que lo asombra. De lo contrario, lee, Michel Houellebecq, como suele explicar cuando su interlocutor es francés. De lo contrario, prosaicamente, el actor se refiere a las lecturas indicadas por los directores bajo cuya dirección trabaja.
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Fue en su habitación donde Robert Pattinson concibió el resto de su carrera como un espectador atento y obsesivo. Entre los actores de su generación, su filmografía es una de las más originales y convincentes: Cosmópolis y Maps to the Stars (2014) de David Cronenberg, The Lost City of Z (2017) de James Gray, The Rover (2014) y The King (2019) de David Michôd, Good Time (2017) de los hermanos Safdie, High Life (2018) de Claire Denis, Queen of the desert (2015) de Werner Herzog y, más recientemente, The Lighthouse (2019) de Robert Eggers, donde interpreta a un farero amenazado por una presencia sobrenatural, donde casi nunca abre la boca. Sus elecciones siempre son atrevidas, lo que refleja un desdén por lo que se llama un plan de carrera, lealtad a los directores con los que colabora, con cierto coraje para aceptar roles secundarios desde el momento en que un proyecto le interesa. “Ya sabes, los papeles secundarios me atraen particularmente. En Maps to the Stars o en The Lost City of Z, me quedé solo, era la ventaja de filmar en la jungla, James Gray tenía algo más que hacer. Nadie esperaba nada de mí. Podría hacerle preguntas al director, la película no estaba sobre mis hombros. Era como si apenas existiera. " Desde 2013, el actor ha sido el rostro de L’Eau de Toilette Dior Homme, un papel de musa que lo deleita, y mira, a sus ojos, el contrapunto perfecto para sus divisivas opciones de carrera. "Tuve una relación muy larga con Dior, es una gran experiencia filmar estos comerciales con ellos. Siempre he apreciado el contraste entre hacer películas atrevidas y este trabajo. La moda es muy diferente del cine y, sin embargo, ambos plantean un desafío igualmente emocionante. "
Robert Pattinson tiene una forma especial de hablar sobre sus películas. Si la cultura cinematográfica del actor, al igual que la forma en que la aprovecha para su carrera, parece obvia. Están las películas que lo han perjudicado, de las que trata de deshacerse, y aquellas cuyos poderes curativos elogia. Desde el rodaje de The Rover, un set futurista del oeste en el monte australiano, donde el actor interpreta a un hombre medio sordo y de mente decidida a rastrear a los tres hombres que robaron su auto y al perro en su maletero, él mantiene viva su memoria, una película con valor terapéutico. Pattinson estaba trabajando en el medio de la nada, el pueblo más cercano estaba a 300 kilómetros de distancia, vivía en un pueblo de cincuenta personas donde las temperaturas se acercaban a los 50 grados. Los canguros estaban tan poco acostumbrados a pasar autos que chocaron contra sus parabrisas. "Fue aterrador y peligroso al mismo tiempo, la mitad del equipo conducía en un automóvil manchado de sangre". Luego llegó un momento de epifanía. Robert Pattinson se encuentra en medio del desierto. Él comienza a mear. Lo hace con más facilidad y alivio que nadie está mirando la escena. Por primera vez, puede relajarse con total libertad, en el más completo anonimato. Aquí, en el monte australiano, a 900 kilómetros de Adelaida, al aire libre, redescubrió la libertad.
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