Para las chicas que No leyeron y no se enteraron, comenzaremos a poner FICS (relatos imaginarios) apartir del momento en que Rob hizo la primera Audición para el papel de Edward Cullen en Crepúsculo y cuando conoció a Kristen y a los Actores del Cast y a la directora Catherine Hardwicke. Una gran sorpresa del Blog para Ustedes escrita por una de nuestras amigas.
LA AUDICIÓN. KRISTEN
por Irene Mendoza
.
Agradecemos a IRINA por su hermoso trabajo, DISFRUTEN el Fic esta muuuuy Interesante en esta ocasión será el relato visto desde los ojos de Kristen cuando conoció a nuestro perfecto Rob!!.. es aquí donde comienzan esos coqueteos y esa química especial entre Kristen y Rob llamada: Robsten
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FAN FIC NO. 3 LA AUDICIÓN. KRISTEN
por Irene Mendoza
Kristen:
DIA 2
Inglés, 20 años,
1,86, pelo castaño claro, ojos azules. Catherine me dijo que había salido en
“Harry Potter y el cáliz de fuego”. La había visto con mis amigas pero no me
acordaba muy bien así que decidí volverla a ver en casa. A mí no me iban mucho
las de Harry Potter pero bueno.
<<Ese es.
Alto, delgado, desgarbado. Pero esto es de… 2005, cuando tenía 18 años. Es
guapo, sí y tiene una bonita sonrisa ¡y vaya ojos!, pero está un poco
verde>>.
Al final lo
mataban, que pena y esa parte de la película era en la que mejor estaba.
<<Bueno,
tendré que esperar a ver qué pasa en la audición. Nunca se sabe. Quizás esta
vez…>>. Y me fui a dormir. No quería tener ojeras al día siguiente.
DIA3
-
Te prometo que esta es la última
audición, Kristen – dijo Catherine.
-
Sí pero eso dijiste de la
anterior. ¿Y si esta tampoco…?
-
Bueno, no pienses ahora en eso,
cariño. Mente positiva, como yo digo,
-
Positiva – bufé -. Solo espero que
este no me intente meter la lengua hasta la campanilla como el último payaso.
De pronto sonó el
timbre de la puerta.
-
Ese debe de ser Robert.
¡Puntualidad británica! – rió Catherine.
Suspiré y me
dispuse una vez más a prepararme para la escena, que esta vez iba a ser sobre
la cama de la mismísima directora.
<<¡Mierda me
sé el guión de memoria! Pero esta vez será la última, me niego a besar a otro
tonto guaperas más>>.
Los oí subir por la
escalera. Primero escuché la voz de Catherine, él hablaba bajo, con voz suave y
no conseguía oírle bien.
-
No será un problema. Puedo poner
acento americano – le oí decir nervioso.
<< Me gusta
su acento inglés y tiene una bonita voz>>, pensé.
Era profunda y
suave, grave pero no demasiado. Sexy era la palabra y eso era importante para
el personaje. Sentía cada vez más curiosidad. De pronto se pararon en medio del
pasillo y Catherine se sinceró con él. Pude oír a Robert decir ¿besar? con voz más aguda y fuerte y me
hizo gracia.
<<Pobre, no
lo sabía y ahora estará de los nervios>>.
La puerta estaba
entornada. Catherine entró primero y le cedió el paso a Robert para luego
presentarnos.
Sí que era delgado
y alto pero no tan desgarbado. No era el típico guapo de anuncio, no, estaba
claro. Había algo en él, algo diferente que no tenían los demás y que no pude precisar a simple vista. Le
miré directamente a los ojos. ¡Vaya ojos, joder! ¡Y cómo me estaba mirando!
Tenía una mirada intensa, felina.
De pronto estábamos
dándonos la mano. La suya era de dedos largos y finos, cálida. Pronunció mi
nombre y se tocó el pelo nervioso. <<Es tímido>>.
Me dio lástima y
tuve la compasión suficiente como para decidir no a largar las presentaciones.
-
¿Empezamos?
Dijo que sí
titubeando y le invité a sentarse a mi lado. <<Se nota que estaba
cohibido y yo se lo he puesto más difícil interrumpiéndole. No te pases,
Kristen. Parece majo. Dale una oportunidad>>.
Robert me sonrió
con una preciosa sonrisa ladeada, entre tímida y dulce. Estaba claro que él no
iba a acercarse más a mí así que lo hice yo.
Visto de tan cerca
era aun más guapo, mucho. ¡Qué ojazos! Los enmarcaban unas cejas oscuras y
pobladas que hacían que fuesen tremendamente expresivos. Labios muy rojos,
bonitos, una extraña nariz y piel muy blanca y fina. ¡Y cómo me miraba!, sin
pestañear, como hipnotizado.
Algo en aquellos
grandes ojos azules me hizo apartar la mirada. Carraspeé, la muestra de que
aquel chico me estaba… poniendo nerviosa. <<Kristen, céntrate>>.
Rápidamente aparté ese pensamiento de mi mente y comencé a leer mirando el
papel, aunque a esas alturas ya no me hacía falta pero sabía que él seguía
observándome.
Robert me siguió y
para mi sorpresa con un buen acento americano. Tuve que levantar la vista del
guión y me topé una vez más con sus ojos, que me miraban fijamente, llenos de
ternura.
Catherine entró de
pronto y debía estar tan concentrado en la escena que del susto casi se cae de
la cama. Intenté no reírme. El rubor cubrió su cara.
Robert dijo que sí.
Frunció el ceño y apretó los puños. Ese gesto de rabia contra sí mismo y el
hecho de que tuviese las orejas coloradísimas me hizo sentir una gran ternura
por aquel chico. Y en ese momento me di cuenta de qué era eso que lo
diferenciaba de los demás candidatos a Edward: Robert no era perfecto. Era
torpe, inseguro y eso lo hacía tremendamente dulce. Estaba claro que no era como
aquellos arrogantes que vinieron antes que él, con la sonrisa ensayada,
fingidos, creyéndose maravilloso e irresistibles. Su sonrisa era real y también
su vergüenza.
Volvimos a
sentarnos juntos y me dieron ganas de decirle lo bien que lo estaba haciendo
con su acento y sus frases pero no podía.
Estaba tenso. Miró
sus frases y tragó algo. Me di cuenta de que era el chicle que masticaba al
llegar y que ahora me tocaba besarlo.
-
Quiero probar una cosa – dijo con
voz suave, algo ronca y la mirada más intensa que había visto.
De repente se fue
acercando a mí muy despacio. Parecía tan…asustado. Deseé con todas mis fuerzas
que Catherine grabara un buen beso porque ese miedo que estaba experimentando
Robert era lo que Edward sentía ante Bella, ese miedo a herirla, a dañarla.
-
Quédate muy quieta – susurró con
la voz más sexy que había oído en mi vida -. No te muevas.
Sus hermosos y
enormes ojos estaban fijos en los míos. Cerré mis ojos dispuesta a besarle y no
sé que más hice pero de pronto sus labios estaban sobre los míos. Los sentí
calientes y blandos. Olía a jabón de afeitar.
El beso comenzó muy
lento, casi solo un tímido roce pero cuando sus manos tocaron mi cintura sentí
como se me hacía un nudo en el estómago y le correspondí besándole con mayor
intensidad.
<<¡Guau!,
esto sí que es un beso. ¡Por fin!. Lo hace bien, definitivamente bien>>.
La boca de Robert
era grande, sus labios suaves y tiernos. Su respiración se volvió más rápida y
sus beso más intenso. Sus manos se deslizaron por mi cintura bajo la camiseta.
La recorrieron hasta mi espalda y acariciaron mi vientre. Se me puso la piel de
gallina y deseé que aquel beso no acabara nunca. No pude evitarlo, le acaricié
la nuca por instinto y agarré su espesa mata de pelo. Su boca se apretó más
contra la mía, más abierta y pude notar el sabor salado con un toque de menta
de su saliva.
De pronto me soltó
y tomándome de los hombros me alejó de su cuerpo con delicadeza. Robert abrió
los ojos y al mirarle sentí que me ruborizaba sin remedio.
En ese momento
Catherine nos interrumpió pero Robert continuó mirándome. ¿Seguía actuando?
¿Por qué me miraba con tanta intensidad? ¿Y por qué había tenido la extraña
sensación de que estábamos solos él y yo?
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Catherine no quería
humo en su casa y tras el café salimos al jardín a fumar.
-
Así podréis charlar un poco –
dijo.
<<Y oír su
precioso acento>>, pensé yo.
Era simpático y tan
agradable y educado… no un ególatra de los que abundan en Hollywood.
<<También
odia las audiciones. Y tienes que reconocer que su beso ha sido mucho más
agradable que el de los demás. Más que agradable, en realidad>>.
Robert me dijo que
había visto alguna de mis películas. Me sentí muy halagada y extrañamente avergonzada
por la intensidad con la que lo dijo.
Me pareció que
sonreía. <<Me lo ha notado, seguro. ¡Mierda! ¿Por qué tengo que ser tan
estúpidamente tímida?>>.
No me quedó otra
que intentar ponerle humor al asunto porque la mirada que me echó al decir que mi
personaje de Tracy dejaba huella me puso nerviosa.
-
Te vi en Harry Potter – dije.
<<Que poco
original eres, Kristen>>.
-
¿Ah sí? Empiezo a odiar esa
película – dijo.
-
Te mueres muy bien – bromeé.
Acompañó su
respuesta con una cara tan graciosa que no pude reprimir una carcajada. La
sonrisa que me dedicó después me dejó sin palabras y con un nudo en el
estómago.
Cuando me iba le
dije lo que a todos los aspirantes a Edward: Espero volver a verte.
Pero esta vez iba
en serio.
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Llegué a casa pronto
y canturreando.
-
¡Ya estoy aquí! – grité al entrar
por la puerta.
-
Qué buen humor traes, ya era hora
– dijo mi madre saliendo a mi encuentro -. Kristen, te ha llamado Mike.
-
¿Qué quería?
-
Saber qué tal te había ido. Ha
llamado dos veces.
-
Luego le llamo. Estoy hambrienta.
No lo hice
enseguida. Me molestaba eso de Mike. Siempre que tenía algún casting se
comportaba así conmigo y sobre todo durante las audiciones con actores
masculinos. Yo no lo hacía con él. Era nuestro trabajo y aunque sabía que
estaba harto de tanto beso no me parecía motivo para ponerse tan pesado.
<<No es mi
padre y yo no soy ninguna niña>>, pensé enojada. No le di más vueltas y
en vez de llamarle le mandé un mensaje para quedar por la tarde. Pero aquello
me estropeó el buen humor que había traído de casa de Catherine.
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Quedamos donde siempre
pero me empeñé en pasar a buscar a Mike con mi flamante nuevo coche, mi Mini
Coupé gris que me encantaba. Estaba orgullosa de mi pericia al volante, a pesar
de llevar poco tiempo como conductora y también de habérmelo pagado yo misma
con el dinero ganado con el sudor de mi frente. ¡Y vaya si sudé porque rodé
“Into the wild” en el desierto!
-
Hola cariño – dijo Mike besándome
en la mejilla y pasándome el brazo por el hombro.
-
Hola Mike – dije sonriéndole.
Ya se me había
pasado el mal humor. Mike era cariñoso y tierno conmigo y nos lo pasábamos bien
juntos. Nos conocíamos casi desde niños y aunque tenía la edad de mi hermano
enseguida congeniamos. Al principio solo fue amistad, luego hicimos una
película juntos y lo que empezó como una cosa de críos ya iba para los dos
años.
-
Bueno ¿y qué tal Catherine?
-
Bien, muy bien. Me dio recuerdos
para ti.
Mike había estado
en una película de ella y se tenían mucho aprecio.
-
¿No terminabais hoy?
-
Sí, creo que esta será la última
audición. ¡Por cierto, Nikki hará de
vampira! ¿No es genial?
-
¿No es seguro?
-
El qué, ¿no me escuchas?
-
Que si acabáis de una vez.
-
Ya sabes cómo es esto Mike, nunca
hay fechas. <<Tú deberías saberlo mejor que nadie y no atosigarme con preguntas
estúpidas>>.
Tuve la sensación
de que a Mike no le interesaba lo que le estaba contando y que me estaba
haciendo un interrogatorio. <<Hoy estás un poco extraña Kristen.
Paranoias tuyas>>.
Mike debió notar
algo en mi voz porque se apresuró a excusarse.
-
Solo me preocupo por ti, cariño.
-
Lo sé, pero creo que ya hemos
terminado, de verdad. Catherine me llamará mañana. Pasado mañana se reúne con
Stephenie Meyer y el productor pero quiere implicarme en el proyecto porque
dice que tengo las cosas muy claras – sonreí orgullosa.
-
Sí cariño, clarísimas para tus 16
añitos – dijo besando mi mejilla.
-
Ya tengo 17 como quien dice – dije
molesta.
-
Sí y por eso nos vamos a ir de
acampada el fin de semana que viene, para celebrarlo.
Me agarró de la
cintura y quiso besarme en el cuello pero me solté.
-
No puedo Mike. Catherine quiere
que me reúna con Meyer sin falta.
-
Pero ya había preparado todo –
dijo desilusionado.
-
Anda no te enfades. Podemos
posponerlo para el siguiente fin de semana – dije dándole un beso rápido.
Volví a besarle pero esta vez con más cariño y él me
devolvió el beso. Cerré los ojos y fue cuando vino a mi memoria el beso que
Robert y yo nos habíamos dado esa misma mañana. Sin querer volví a sentir aquel
agradable cosquilleo en mi estómago y el dulce beso que le estaba dando a Mike
se convirtió en otro diferente, lleno de pasión.
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DIA 5
-
¡Tienes que ver esto, Kristen! –
me dijo Catherine al otro lado del teléfono -. ¡Se come la cámara! Bueno desde
mi punto de vista por eso quiero que lo veas cuanto antes.
Y
tenía razón, Robert era abrumadoramente sexy, aun más que en la realidad. No me
había equivocado.
La ansiedad en sus ojos, la tensión de su cuerpo, el temblor en su voz. Catherine había enfocado un primer plano de nuestros rostros casi rozándose, luego un primerísimo plano de nuestras bocas abiertas y por último de sus ojos. Las pupilas dilatadas, brillantes, sus pestañas largas y curvadas y sus suaves párpados azulados. ¿Era deseo lo que mostraban? Aquellas imágenes eran tan hermosas, él era tan…hermoso.
La ansiedad en sus ojos, la tensión de su cuerpo, el temblor en su voz. Catherine había enfocado un primer plano de nuestros rostros casi rozándose, luego un primerísimo plano de nuestras bocas abiertas y por último de sus ojos. Las pupilas dilatadas, brillantes, sus pestañas largas y curvadas y sus suaves párpados azulados. ¿Era deseo lo que mostraban? Aquellas imágenes eran tan hermosas, él era tan…hermoso.
Recordé
su beso. ¡Vaya beso me había dado!
-
Es él, Catherine, es mi Edward –
dije absolutamente convencida, esta vez sí, de que era Robert.
------------
-
Vale, me has convencido del todo –
dijo Catherine – pero ya sabes que Stephenie tiene que aprobarlo y aunque desde
el principio ha sido muy comprensiva y siempre se ha dejado aconsejar…
-
Qué – dije ansiosa.
-
Pues que no las tiene todas
consigo. Le gustó otro actor pero si le doy tus razones y ve esto está hecho.
-
Sí, déjale bien claro que Robert
no es solo una cara bonita. El no es… no es perfecto. Vuelve a poner la
grabación. Pásala un poco, un poco más, ahí. ¡Míralo! Estaba asustado. Tiene
miedo y ese miedo es el que tiene que tener el personaje, miedo de hacerla
daño, de herirla. Edward cree que no es bueno para Bella y eso lo transmite
Robert a la perfección. El ni siquiera se cree guapo y además, lo más
importante, no parece ningún idiota.
-
¡Vaya!, le has tomado la medida al
Casanova.
-
¿Casanova? ¿Por qué lo dices?
-
Lo digo porque me dio su número de
móvil para ti – rió -. Prometí que te lo daría pero tuve que decirle que tenías
novio – rió.
-
Ah, bueno, por lo menos ya lo sabe
– dije entre aliviada y decepcionada -. Gracias, así no he tenido que decírselo
yo. Hubiese sido muy embarazoso. Parece muy majo después de todo.
-
¿Solo majo? – rió de nuevo
Catherine.
DIA 6
-
Menos mal – dijo Mike cuando le di
la noticia -. Creí que te pasarías la vida besando a cientos de tipos.
-
Ya, pues tranquilo que de momento
solo te besaré a ti – dije dándole un cariñoso beso en los labios.
-
¿Cuándo empezáis a rodar? – dijo
acariciando mi mejilla y tomando mi mano.
-
Falta mucho aun. Catherine calcula
que las pruebas de vestuario se harán a finales de año y que a principios del
que viene comenzaremos a grabar Crepúsculo. Están con las localizaciones, hay
muchos exteriores. ¡Tenías que haberte leído el libro y lo sabrías!
-
Lo sé pero sigue en mi mesilla.
-
Me lo prometiste – dije haciéndome
la ofendida.
-
Lo haré, lo haré. ¿Por cierto
quién es el tipo?
-
Ah, eh… un inglés que salió en
Harry Potter. El de la última audición – dije quitándole importancia -. Se
llama Robert Pattinson.
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