Fic 'La Fundación', Capitulo 5 por V-Team

Este es nuestro nuevo Fic novedoso que se publicara 2 días por semana (Lun y Jue), 

quedando organizados así los FICs en este blog:

LUNES:  FanFic Robsten de Irina,        
                      Fic la Fundación de VTeam ***NUEVO***
MARTES:  Fic 'El fin del Mundo' de Xim

MIÉRCOLES:  FanFic Robsten de Irina     
JUEVES: Fic 'El fin del Mundo' de Xim

                   Fic la Fundación de VTeam  ***NUEVO***
VIERNES: Fic '50 Sueños de Verano' de Irina

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Fic La Fundación Capitulo 5

por V Team

Imágenes: Elena

Regresé a mi habitación después de un tiempo. Me senté en la orilla de la cama a pensar. Salí a la pequeña terraza, el suave viento despeinaba mi cabello y podía percibir el aroma del mar.

 Algunas de las chicas estaban ahí abajo sobre la blanca arena, todo parecía tan sereno. No sabía qué hacer.

 Tenía que pedir disculpas o simplemente agradecer la oportunidad. No había nada que pensar debía quedarme en la casa y trabajar para la fundación.

 La paga que me habían ofrecido no era nada despreciable, además estaría trabajando para Rob. Rob, mi querido Rob.

 Le había perdido la pista hace ya casi un año, el mismo que llevaba sin ver a mi niña. 

Salí a buscar a Lena, quería comunicarle mi decisión. Me encontré a Lena que venía con Berta subiendo la escalera.

-¿Has tomado una decisión? 

-Sí, acepto quedarme. Quiero contribuir con la Fundación. 

-Excelente “V” no te arrepentirás. Llamaré a Rob. 

-¿Quieres decir que no está en la casa? 

-No, él salió. Pero regresará para la cena. Una de las cosas que Rob adora de este lugar es la ausencia de paparazzis, así que aquí se siente casi libre, aunque no dejamos de tomar precauciones. 

Una sensación contradictoria me invadió la mente y el cuerpo. Deseaba volver a verlo, de la misma forma en que uno anhela algo hermoso o como un sol abrasador en una fría mañana, pero al mismo tiempo sentí alivio, todavía no estaba segura de lo que haría cuando lo tuviera enfrente. 

-Yo me encargaré de “V” mientras tú telefoneas a Rob –dijo Berta quien ya me llevaba del brazo de regreso a la habitación. 

-Tienes que relajarte, Rob no te va a comer –decía Berta mientras abría las puertas del vestidor –en realidad todas quisiéramos eso, pero no va a pasar a menos que tú quieras –dijo y luego soltó una risita. 

-Estoy relajada –dije con voz temblorosa y Berta dibujo una sonrisa torcida y levantó una ceja. 

-Ven ayúdame a elegir algo bonito para ti ya verás que eso te ayudará a sentirte mejor.

En realidad no fui de mucha ayuda, estaba tan preocupada por lo que le diría a Rob cuando lo viera que no podía concentrarme en casi nada, Berta termino eligiendo por mi, y me tomó cual muñeca, me sentó frente al escritorio y comenzó a cepillar mi cabello, luego sentí cómo pasaba suaves brochas sobre mi rostro. 

-Berta ¿cómo fue que tú llegaste aquí? –le pregunté de forma casual.

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-Igual que tú “V”, cuando me quedé sola, mis hijos ya son mayores y han hecho sus vidas. Mi vida no iba muy bien. Lena tiene un contacto en España de donde yo soy, y resultó ser una conocida mía desde hace tiempo, Irina le platicó a Lena sobre mi situación y por medio suyo me invitaron a entrar a la Fundación, durante algún tiempo residimos en los Estados Unidos pero no hace mucho Rob encontró este paraíso y decidió asentar la Fundación aquí. No sabes lo feliz que estoy aquí, siempre quise conocer México. Mi vida ha cambiado por completo, aquí me siento útil. 

-¿Qué es lo que haces exactamente? 

-Un poco de todo, pero les ayudo principalmente con las Relaciones Públicas. 

-Yo aún no sé qué haré exactamente. 

-En principio Rob espera que puedas guiarnos a todas por tu país y por su historia, Lena tiene mucho trabajo como asistente de Rob y Directora de la Fundación, se le dificulta hacerlo, imagino que después harás de todo o según tu perfil algo específico para la Fundación. Todas las que aquí somos extranjeras te esperábamos ansiosas. Cosas como esta son las que nos alejan de nuestros propios problemas. Rob es maravilloso cumple todos nuestros sueños. 

Escuché a Berta aún sin entender la magnitud de sus palabras. 

-Si entiendo, Lena me explico lo de la cadena de ayuda. 

-Bien “V”, estás lista. Te dejo para arreglarme también. 

-Gracias Berta –dije sin mucho ánimo. Y me quedé ahí sentada viendo el infinito. 

Un rato después alguien llamó a la puerta. Era Vero que lucía muy guapa en un vestido negro y el pelo recogido –un poco elegante para cenar en la casa. 

-Solo te esperamos a ti “V”. 

-Claro enseguida bajo. 

Me levanté y me dirigí a la puerta, tenía que enfrentarlo en algún momento. Pasé frente al espejo del pasillo y me detuve impresionada de lo que Berta había hecho, el vestido que había elegido era hermoso, era de un azul intenso y corte sencillo con un escote en v, además había recogido mi cabello hacia un lado y lo había acomodado sobre mi hombro. 

Seguí hacia las escaleras, las bajé lentamente tomándome del pasamanos, la piernas me temblaban, escuche una dulce melodía en el piano. Respiré hondo y me acerqué a la estancia, estaban todas las chicas sentadas deleitándose mientras Rob tocaba, Carol y otra chica de quien no recordaba su nombre estaban junto al blanco piano. Me quedé parada para no interrumpir, tocaba hermoso. 

Rob se percató de mi presencia y dejó de tocar, me miraba fijamente de arriba abajo, me sentí incomoda y mis nervios fueron en aumento. Olvidé lo que había planeado decirle, simplemente me quedé muda. 

-Chicas por qué no nos adelantamos a los autos –dijo Lena y todas la siguieron rumbo a la salida. 

Rob se levantó del banquillo y dio unos pasos hacía mi. 

-Estás hermosa –dijo en inglés, era una frase fácil de entender, sentí mis mejillas encenderse. 

-Yo… –no pude decir más nada y sin premeditación me arrojé a sus brazos, y empecé a sollozar. 

-No pasa nada –repetía torpe pero dulcemente en español. 

Era tan alto, sus brazos fuertes me rodeaban y sus manos acariciaban mi cabeza que descansaba en su pecho, su olor era un terrible distractor y su abrazo tan cálido.

 En ese momento supe que todo estaría bien, Rob parecía tan comprensivo. Intenté calmarme al ritmo de sus manos acariciando mi cabello, más tranquila traté de separarme un poco y recobrar el aliento pero sus brazos se negaban a soltarme. 

-Lamento tanto lo de ayer –dije entrecortada. 

-No hay nada que disculpar –dijo él dulcemente separándome sutilmente de su cuerpo y tomando suavemente mis manos entre las suyas. 

-Me porté como una tonta –la actitud tan comprensiva de Rob hacía que las palabras fluyeran más fácilmente –yo debería estar agradecida por estar aquí y en vez de eso fui grosera. Debes estar molesto. 

-En realidad solo me entristecí un poco, esperaba que aquí te sintieras bien y sentí que había logrado justamente lo contario. 

-Y así será –dije entusiasmada –lo que pasó fue que me impacté al verte –dije bajando la mirada avergonzada. 

Pude ver a través de mis pestañas que Rob sonreía, estaba tan guapo, vestía camisa azul cielo arremangada hasta los codos y pantalón oscuro. 

-En verdad espero que las chicas puedan alegrarte un poco –asentí. 

“Ya es una alegría verte”, pensé. Aunque seguramente ya sabía que él era en parte la razón por la que aceptaba estar en la Fundación. 

-Me alegra que hayas aceptado el trabajo, no te arrepentirás. 

-No sé aún qué haré. 

-Lena te lo dirá después, ¿nos vamos? 

-Si.

...CONTINUARA...