Fic 'La Fundación', Capitulo 13 por V-Team

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Fic La Fundación  Capitulo 13
por V Team

Imágenes: Elena

El día fue lo que Maca llamaba un día normal en la vida del jeque Rob con sus esposas. Estuvimos todo el día en la playa. Rob ponía a cada una bronceador en la espalda y él se dejaba consentir; comiendo uvas de la mano de Xim, recibiendo masajes de Carol o Vero mientras Lena le leía algunos correos, luego Maca insistía en ponerle protector solar varias veces ya que una, nunca era suficiente. 

Yo estaba poniéndome bloqueador solar cuando él se acercó. 

-¿Quieres que te ayude? 

-Sí –digo, dudosa –en la espalda por favor. 

Rob comienza a frotar la crema sobre mi espalda y sentir sus manos sobre mi piel es aún más excitante que el dulce beso que me dio anoche y del cual no hace mención, había tomado mucha cerveza así que tal vez ya no lo recordaba. 

Un rato después, se organizó un juego de volleyball en la piscina, Ani que aún no se recuperaba por completo de su pie prefirió observar y ser el árbitro. 

-Yo estoy de más chicas, seré el premio –dijo Rob y salió de la alberca. ¡Dios mío! Mi mente se echó a volar. Todas gritaron complacidas de que él fuera el premio. En mi equipo estaban Juno, Vero y Xim y en el equipo contrario estaban Berta, Maca, Carol y Lena. 

-Vero, ¿cómo está eso de que Rob será el premio? –le pregunté discretamente. 

-Oh te encantará, es delicioso, ya lo verás, pero tenemos que ganar. 

Por todos los cielos, era delicioso y me iba a encantar. No debí preguntar, había dejado pasar tantos balones pensando en lo que dijo Vero que mi equipo iba perdiendo y las chicas no estaban muy contentas conmigo, en cambio Maca y Berta estaban extasiadas festejando adelantadamente su victoria. Rob sólo se reía a carcajadas desde el camastro donde descansaba. En los últimos minutos de juego traté de concentrarme y salvé varias jugadas pero la ventaja que les había dado al inicio finalmente les dio el triunfo, salieron de la piscina dando saltos de felicidad. 

-“V”, vos tendrás que darme un viaje maravilloso próximamente para que pueda olvidar esto –dijo Juno en tono serio pero con una sonrisa, lo cual me relajó. 

-Alguien tenía que perder –dijo Xim. 

-Me aseguraré que vea de lo que nos hemos perdido chicas, no se preocupen –dijo Vero mientras las demás entraban a la casa. 

Vero y yo terminamos de secarnos, nos pusimos los pareos y caminamos rodeando una construcción de la casa que servía como sala de usos múltiples, ahí en medio del jardín se encontraba una cama de masajes, Rob ya se encontraba con las manos en el cuello de Carol, mientras las demás del equipo ganador esperaban su turno tiradas en el pasto. 

-Así que de esto se trataba, ¿un masaje? 

-Si, claro que no es un masajista profesional y sus masajes no duran ni diez minutos, pero créeme son los cinco minutos más deliciosos. 

-Lo siento tanto, me esforzaré la siguiente. 

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Para la noche Lena pidió que enfriaran algunas botellas de champagne y se preparara una cena especial para despedir a Rob que partiría al otro día por la mañana y se ausentaría por dos o tres meses que durara la filmación de la nueva película. Tomé del vestidor un vestido blanco de profundo escote en la espalda, el cual me puse sin sostén aprovechando que mis senos tenían un tamaño moderado. El clima estaba bastante agradable así que tuvimos una fiesta en la playa. El cielo estaba despejado y había luna llena. Las chicas pusieron música para bailar, Rob lo hacía muy bien, yo lo miraba embobada desde la mesa aún sin creer que la noche anterior me había besado, tan solo el recordarlo me hacía estremecer, ahora sí que no tenía duda, estaba enamorada y esto no debía… no podía ser. 

-Me concedes esta pieza –dijo Rob extendiéndome la mano. 

-No soy muy buena bailando –le dije. 

-Yo tampoco –entrecerré los ojos para hacerle saber que mentía, pues él bailaba muy bien. 

Dejándome sentir su enorme mano en mi espalda sin cubrir, Rob me tomaba suavemente para acercarme a su cuerpo, no sé si era tanto champagne que había bebido o su embriagante presencia, pero me sentí mareada, y sólo me dejé llevar al ritmo de sus pasos. 

-Anoche estabas tan dispuesta a marcharte que creí que tendría que amarrarte para no dejarte ir –me dijo casi al oído, rozando mi oreja con su nariz y haciéndome estremecer. 

-Lo siento, perdí la cordura –le contesté apenada. 

-No tienes que disculparte, soy yo el que debería hacerlo por tener malos pensamientos contigo. 

-¿Cómo dices? –pregunté sin comprender bien a bien lo que me quería decir. 

-Nada, es sólo que me atraes tanto, pero cada que me acercó tengo la sensación de que saldrás corriendo, creo que debo ser muy cuidadoso contigo si no quiero perderte. Ese día en Los Angeles en verdad deseaba obligarte a quedarte conmigo, pero no quiero presionarte y mucho menos obligarte a nada. 

Su confesión me tomó desprevenida. Era totalmente absurdo, simplemente no parecía real, empezaba a dudar de mi salud mental. 

-Yo… 

-Perdóname también por haberte besado –entonces sí lo recordaba. 

-Esto no… –“puede ser” quise decir, pero la música paró y Lena propuso un brindis. 

Yo en verdad necesitaba un momento a solas y regresé a mi habitación, aprovechando la distracción de todos. Mojé una toalla y me la puse en la nuca y en la frente para refrescarme. Luego salí al balcón para sentir la fresca brisa intentando evadir mis sentimientos. ¿Me estaba volviendo loca o en verdad Robert Pattinson me estaba seduciendo? 

La respuesta a mi pregunta llegó minutos después, Rob me sorprendió poniendo sus manos en mis hombros y haciéndome girar para quedar frente a él, poniéndome completamente trastornada. Lo miré con la boca semiabierta dudando de mis propios sentidos, él tenía la cabeza inclinada y me miraba con esos ojos dulces y añorantes. La hermosa luna nos bañaba con una tenue luz y diminutas motas plateadas caían sobre su rostro. 

-Es polvo de Ángel –dije absorta por su rostro perfecto. Ahora estaba segura qué él no era de este mundo, era celestial. 

Él dibujó una sonrisa torcida y negó con la cabeza, acarició mi mejilla para luego rodearme con sus brazos, lo deseaba y pude sentir que él me deseaba también. Una de sus manos rodeaba mi cintura pegándome mucho a su cuerpo permitiéndome sentir su virilidad. Rob retrocedió unos pasos hacia el interior de la habitación y con la otra mano cerró el ventanal. Su mirada era más gris que nunca y me veía sólo a mí. 

-Esta vez no vas a escapar –dijo con esa voz que derretía. 

-No pienso hacerlo –susurré apenas siendo consciente de mí misma. 

Aquél hombre tan apuesto, mi ángel guardián, comenzó a besarme apasionadamente haciendo que mi respiración comenzara a dificultarse. Torpemente traté de corresponder al movimiento de sus labios, poco a poco nuestras bocas se fueron acoplando, conociéndose mejor y devorándose insaciables. Rob era como un abrazador sol envolviéndome con sus rayos, su calor me consumía por dentro y por fuera, ya no podría contenerme más, Rob iba a hacerme suya y yo no quería evitarlo. 

Rob me despojó de mi vestido levantándolo sobre mi cabeza, yo lo ayudé impaciente a despojarse de su ropa. Él me posó suavemente sobre la cama, mi cuerpo temblaba mientras sus manos lo recorrían audaces como una ruta trazada, se detuvo brevemente susurrando mi nombre sobre mi aliento para luego terminar fundidos en uno solo entre las sábanas blancas. 

Cuando abrí los ojos, él ya no estaba pero me había dejado una rosa sobre la almohada. Tomé la rosa aspirando su aroma transportándome a la noche anterior. Me había hecho el amor de la forma más hermosa que jamás imaginé que pudiera existir, siendo gentil y apasionado al mismo tiempo. Había sido la noche más especial de mi vida y la llevaría tatuada en el alma el resto de mi existencia. 

Al siguiente día, tal como Vero me había dicho, nadie me preguntó nada, todo transcurría como antes, excepto que yo ya no era la misma, era como si él me hubiera dado un mensaje, como si en esa noche me hubiera dejado claro que yo merecía ser feliz y ser tratada con amor. 

...CONTINUARA...