Fic 'La Fundación', Capitulo 7 por V-Team

Este es nuestro nuevo Fic novedoso que se publicara 2 días por semana (Lun y Jue), 

quedando organizados así los FICs en este blog:

LUNES:  FanFic Robsten de Irina,        
                      Fic la Fundación de VTeam ***NUEVO***
MARTES:  Fic 'El fin del Mundo' de Xim

MIÉRCOLES:  FanFic Robsten de Irina     
JUEVES: Fic 'El fin del Mundo' de Xim

                   Fic la Fundación de VTeam  ***NUEVO***
VIERNES: Fic '50 Sueños de Verano' de Irina

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Fic La Fundación Capitulo 7

por V Team

Imágenes: Elena

De acuerdo, tenía que dejar esa fantasía de besarlo o él se iría, o me echarían de la Fundación. Y mientras no hubiera elefantes en la playa creo que podría con esto. 

-Y ¿qué otras fantasías les cumple Rob? –pregunté curiosa. 

-Por ejemplo, él a veces hace un desfile para nosotras, nos muestra con antelación lo que se pondrá para algún evento o presentación –explicó Vero. 

-Son tan afortunadas –solté. 

-Somos querida, somos. Anda es hora de regresar –hice una mueca –tranquila regresaras conmigo y Lena en el Volvo, no veremos a Pía hasta mañana. 

-Bueno, siendo así.

Caminamos de regreso al estacionamiento. La Suburban ya no estaba, junto al Volvo estaban Lena y Rob, al parecer Juno y Ani nos habían cedido sus lugares. Creí que podría controlarlo pero mi corazón empezó a acelerarse. Se veía tan guapo ahí recargado del Volvo.

-¿Estás bien? –me preguntó con esa hermosa voz que derretía. 

-Si, siento haber arruinado la cena. 

-La cena la arruinó Pía –dijo Lena. 

-Me gustaría hablar con ella después. 

-Ella ha decidido marcharse. 

-¿Cómo? –pregunté sorprendida, su respuesta logró distraerme de la presencia de mi Ángel. 

-Nunca logró adaptarse –me alegraba no tener nada que ver con el asunto. 

Como todo un caballero Rob nos ayudó a subir al coche y luego condujo hasta la Fundación.

 El límite de velocidad en la zona hotelera era muy bajo y Rob conducía suavemente. El trayecto fue silencioso. 

Poco después de tomar la carretera hacia Playa del Carmen aumentó la velocidad. Vero rompió el silencio. 

-Oh Rob podrías hacer eso de nuevo. 

-No lo sé, no quiero meterme en problemas. 

-Por favor, por favor –decía Vero suplicante. Dios, no podía imaginar lo que Vero deseaba. 

-Está bien nena.

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-Oh aquí vamos de nuevo –dijo Lena poniendo los ojos en blanco. 

-Abrochen sus cinturones. 

Rob aumento la velocidad, todo en el exterior pasaba tan rápido, jamás fui adicta a la adrenalina así que llevaba los nervios de punta, creí que a esa velocidad pronto llegaríamos a Playa. Por fin tomó un retorno. Más velocidad y luego un rechinido de llantas y un giro brusco. Mi corazón estaba a punto de huir. El auto retomo su camino a una velocidad normal. Escuché risas eufóricas. 

-Gracias fue tan excitante –dijo Vero. 

Yo la miraba con terror desde el asiento trasero. La próxima vez le diría a Vero que no le pidiera a Rob cumplir sus fantasías cuando yo estuviera presente. 

-De hecho fue peligroso –dije seria. 

-Oh vamos fue divertido. 

-Bueno tal vez, pero muy poco –dije casi sonriendo. Rob nos miró divertido. 

-“V” –oh Dios ahí estaba de nuevo, esa voz, me llevaba al cielo –si no estás muy cansada, mañana nos gustaría visitar Chichen Itzá. 

-Oh claro –dije con emoción –los Mayas no son mi especialidad pero me encantará guiarlos. 

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Partimos muy temprano, Vero y Carol que ya habían visitado Chichen Itzá, prefirieron quedarse y revisar un proyecto para apoyar una fundación que apadrinaba niños sin recursos, tenían que ver si era una institución seria, cuya labor mereciera el apoyo económico de la Fundación Crawley.

Me impresionó su profesionalismo y compromiso con su labor, para mí hubiera sido demasiado tentador ir a un paseo con Rob, aunque claro para mí todo esto era nuevo. 

Esta vez me aseguré de no viajar cerca de Rob, me alteraba mucho tenerlo junto a mí, así que tomé como pretexto que necesitaba ir adelante por si veía algo de lo cual les quisiera hablar. El camino duraría alrededor de dos horas, Cancún estaba en el estado de Quintana Roo y Chichen Itzá en el estado de Yucatán una de las regiones más importantes para la cultura Maya.

Les hablé de lo poco que sabía de esta vasta cultura, sus aportaciones a las matemáticas, su creación del 0, les hablé de sus costumbres, les expliqué que su religión era politeísta, de donde se derivaban los sacrificios humanos, la sangre era una forma de agradar a los dioses, con lo cual, según sus creencias, se garantizaba la existencia del universo y del hombre mismo. Estos sacrificios se hacían en los templos o en los cenotes, que son una especie de pozos naturales de extraña formación. 

Concentrarme en la explicación me hacía alejar de mi cabeza que viajaba en el mismo vehículo que Robert Pattinson. De camino pasamos por las típicas casas mayas. 

-Oh, miren –dije señalando a un extremo de la carretera. Esa es una casa típica de la región y de origen maya –la pequeña casita estaba a pie de carretera entre la vegetación. Las paredes eran de madera cubierta de alguna especie de barro que permitía mantener la frescura al interior de la vivienda y el techo era de varas o fibras vegetales. 

Miré hacia atrás para ver la reacción de mis acompañantes, en realidad sólo miré una persona: Rob. Parecía un niño pegado al cristal atendiendo con el oído lo que yo decía pero con los ojos lo que les describía. 

Durante el recorrido en la zona Arqueológica decidimos recurrir a un guía bilingüe, argumenté no sentirme capaz de conocer todo lo necesario, pero en realidad así evitaba tener los ojos de Rob sobre mí todo el tiempo. 

Hablando de ojos, los suyos eran preciosos y los míos sensibles a la luz de sol, saqué mis Ray-ban y me los puse, tenía años con esos lentes. 

-Bonitos lentes –dijo Rob. 

-Gracias –dije sonriendo levemente. Si supiera que me compré ese modelo luego de verle unas iguales. 

Seguimos el recorrido, todos estaban fascinados con lo que miraban, especialmente se sorprendieron al mirar El castillo, la pirámide y atracción principal. Las chicas estaban agotadas, todo el recorrido era a pie y era un área extensa, se sentaron en el suelo, sobre el pasto a descansar, yo me alejé un momento para ver de nuevo la impresionante pirámide, colocándome justo frente a la escalinata.

 

De repente sentí atrás de mí llegar a una persona y mi corazón se sobresaltó al darse cuenta de la presencia de Rob. Traté de ocultar mi nerviosismo, aunque en realidad ya no tuviera sentido, él sabía el efecto que tenía en mí, yo misma le había confesado mi amor por él, pero ahora era diferente, antes ese amor era totalmente platónico y ahora qué él ya no era más una estrella en el firmamento sino mi jefe, alguien real y tangible, todo era más complicado.

-Es un lugar maravilloso –dijo mirando El castillo con las manos metidas en los bolsillos. 

-Sí, es fascinante –sintiéndome opacada por la belleza histórica que contemplábamos me atreví a hacer algo, lo tomé de la mano y lo jalé varios pasos atrás –creo que el guía olvidó mostrarnos una cosa. 

Junté mis palmas y comencé a aplaudir. Un efecto acústico parecido al canto de un ave se producía al tiempo que aplaudía. Rob me miraba impresionado con la boca semiabierta, totalmente desconcertado por el fenómeno, oh Dios que ganas de tocar esos labios. Luego sus labios dibujaron una sonrisa torcida al entender la situación. 

-Es el canto del Quetzal, el pájaro sagrado de los mayas –le expliqué. 

-Increíble, ¿puedo intentarlo? 

-Por supuesto. 

Rob comenzó a aplaudir, parecía un niño descubriendo algo nuevo, yo estaba embobada contemplándolo. Les llamé a las chicas para mostrarles y después todos nos fuimos a disfrutar de una deliciosa comida yucateca antes de ir al Cenote Ik-kil. Rob dijo que la cochinita pibil estaba deliciosa y que no se comparaba con la que había comido en el restaurante Mestizo en Londres. 

Una vez en el Cenote, las chicas se preparaban para nadar un rato, Berta y Maca estaban impacientes por meterse al agua, yo decidí sentarme recargada de una de las paredes de la caverna, estaba exhausta y las aguas profundas me daban terror. Repentinamente Rob se sentó junto a mí. Mi cuerpo se tensó y un calor inundó mi interior como si no fuera ya suficiente el del exterior. 

-Así que si hubieras vivido aquí hace cientos de años, podrías haber sido sacrificada. 

-Solo sacrificaban mujeres hermosas –le aclaré. 

-Tú eres hermosa –dijo regalándome la más dulce de las sonrisas.

...CONTINUARA...

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