FanFIC no.121 'Viejas canciones. Kristen'

Somos un Blog ROBsessed, donde solo deseamos seguir contando la versión de Irina en la historia Robsten como lo veníamos haciendo anteriormente. Este FanFic es parte medular de este Blog ROBERT PATTINSON EN ESPAÑOL, razón por la cual  suplicamos RESPETO al comentar los relatos. Si No os sentís preparados para leerlos No lo hagáis, eso no va a ofender a Irina. Pero rogamos evitéis críticas destructivas que si pueden molestar mucho y crear mal ambiente en el Blog.

Asi quedarán organizados los FICs en este blog:

LUNES:  FanFic Robsten de Irina
                  MARTES:  Fic 'El fin del Mundo' de Xim
MIÉRCOLES:  FanFic Robsten de Irina 
JUEVES: Fic 'El fin del Mundo' de Xim
             VIERNES: Fic '50 Sueños de Verano' de Irina

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FanFIC no.121

"VIEJAS CANCIONES. KRISTEN"
Imágenes: Elena

Mi aliento llegó hasta su pecho hinchándolo de deseo cuando Cindy Lauper comenzaba a cantar ´´ I´ll drove all night´´.

- ¿Cómo sabes que esta me gustaba? – sonreí sorprendida.

                                    

Una vez más Rob me asombraba. Me admiraba que se acordase de aquella vez, antes de estar juntos, cuando en el set de Crepúsculo hablamos entre toma y toma de las canciones de nuestra infancia, las de nuestros padres.

Rob se encogió de hombros con una preciosa sonrisa en los labios. Me acerqué más, rozando su cadera con mi cuerpo y posando mi mano en su muslo inspiré con fuerza notando como su miembro comenzaba crecer firme bajo sus pantalones.

La música seguía sonando: ´´Could taste your sweet kisses. Your arms open wide. This fever for you is just burning me up inside´´, tarareé.

- ¿Alguna vez has conducido toda la noche para hacerme el amor? – pregunté moviéndome contra él.

- Sí, este verano crucé medio país para eso, preciosa – susurró en mi oído.

- ¿No era por estar con los chicos de viaje por la Ruta 66? – susurré mirándole a los ojos.

- No, era por ti, boba – sonrió y su belleza me hizo suspirar -. ¿Aún lo dudas? Era una excusa para poder ir a Nueva Orleans a hacerte el amor.

Sonreí como una boba, su boca se juntó con la mía y nuestras lenguas se enredaron. 'Puedo oír el latido de nuestro único corazón',decía la canción. Y era cierto. En verdad podía oírlo, fuerte constante, al unísono. 

´´Nada puede borrar este sentimiento entre tú y yo´´, pronuncié a la vez que Cindy Lauper cantaba y supe que sería así siempre, que siempre sentiríamos eso el uno por el otro a pesar del tiempo y de nosotros mismos.

- A veces me parece imposible tener tanta suerte – dijo acariciando mi cintura, mis nalgas, adentrando una de sus manos entre mis muslos.

- Y a mí ser tan feliz – sonreí sintiendo como mi cuerpo cedía a sus caricias.

Rob continuó besándome en el cuello sin dejar de acariciar con insistencia la cara interna de mis muslos.

Nos fuimos quitando la ropa lentamente, el uno frente al otro y justo cuando estábamos desnudos frente a frente comenzó a sonar la siguiente canción.

- ¿Te acuerdas? – le pregunté en un susurro.

Nos quedamos quietos. Era ´´Hero´´, de Bowie la misma canción que sonó en el grill aquella noche ya lejana, cuando Rob regresó de N. Y. a Vancouver, durante el rodaje de Luna Nueva, cuando hicimos el amor por primera vez.

- Claro que sí – sonrió tomando su rostro entre mis manos con ternura -. Fue la primera noche que estuvimos juntos, que lo hicimos por primera vez.

- Hace casi dos años – sonreí emocionada -. Esa noche fue… fue maravillosa.

- Estaba tan nervioso… - murmuró azorado.

- Y yo – reconocí por fin con cierta vergüenza.

- Pero fue increíble, amor – susurró con pasión.

Lo dijo de tal modo que tuve que suspirar porque el amor, en forma de un suave dolor sordo, no me dejaba respirar.

No pude responder. Asentí con los ojos fijos en Rob, en su sonrisa, en su respiración suave, profunda. Veía como su pecho subía y bajaba con cada inspiración. Notaba su aliento dulce, mezclado con un toque de tabaco y cerveza.

- A pesar de los nervios y de mi… inseguridad – dijo acariciando con el pulgar mi mejilla encendida.

- No, no fuiste inseguro – negué con la cabeza -. Bueno, yo al menos no lo recuerdo así.

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- ¿Y cómo lo recuerdas? – sonrió.

- Fuiste… dulce, muy dulce y tierno conmigo. Eso es lo que recuerdo.

Con su rostro aun entre mis manos y un brillo especial en sus transparentes ojos asintió y me besó con tanto amor que supe en ese instante que nadie podía haber amado así en el mundo y tuve la convicción de que nadie me amaría así jamás.

Y de pronto, ante esa brutal certeza, sentí una especie de temor, una de esas corazonadas recurrentes que solían atormentarme y que me decían que nadie puede ser tan feliz para siempre. Pero también me di cuenta, viendo su mirada sincera y cálida que siempre me quedaría algo de ese amor, de su amor, que no desparecería del todo jamás, pasase lo que pasase.

Debí de hacer algún gesto sin darme cuenta, fruncir el ceño o algo parecido, porque Rob vio algo en mi expresión que le extrañó.

- ¿Qué ocurre? – preguntó.

- ¿Hasta cuándo durará, Rob? – pregunté confusa.

- ¿El qué, amor?

- La suerte, nuestra suerte.

- No lo sé pero no lo pienses, esta noche no.

Me miró con ternura y un deje de tristeza, me tomó de la mano y me llevó hasta la cama.

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Sonaba ´´Héroes´´ al compás de nuestros corazones, de nuestra respiración, del roce de nuestra piel.

Yo, yo desearía que pudieras nadar

como los delfines, como nadan los delfines

Aunque nada, nada nos mantendrá juntos

Podemos derrotarles, para siempre

Podemos ser héroes, sólo por un día

Me tumbe con Rob, a su lado, para fundirme con su cuerpo cálido, acariciándolo, adorándolo. El surcó mi espalda con sus dedos hasta alcanzar esa curva que se crea encima de mis nalgas y me apretó contra su cuerpo sintiéndome vibrar de deseo.

Hundió su rostro en el hueco que dejaba mi cuello bajando beso a beso hacia mis pechos, lamiendo mis pezones al alcanzarlos, que se endurecieron inmediatamente dentro de su boca. Sentí en ellos su vibrante gruñido de placer y jadeé. Al oírme Rob ascendió hasta mi boca para acallar mis suspiros mientras se deslizaba entre mis muslos y alcanzaba fácilmente mi entrada, resbalando entre mis pliegues húmedos.

Yo, yo seré rey

Y tú, tú serás reina

Aunque nada les ahuyentará

Podemos ser héroes, sólo por un día

Podemos ser nosotros mismos, sólo por un día

Nos miramos a los ojos en el preciso instante en que me penetró. Estábamos… conectados y no solo por la unión de nuestros cuerpos. Era una unión más allá de lo físico.

Rob y yo gemimos a la par, abriendo la boca en una mueca de profundo placer. Contemplé como sus pupilas se dilataban al sentirse dentro de mí, llenándome Y yo le correspondí susurrando su nombre, asiéndome con fuerza a su cuerpo. 

Hicimos el amor frente a frente, muy despacio, acariciándonos el uno al otro, gimiendo juntos, aliento con aliento.

Entraba en mí sin salir del todo, con suaves y profundas estocadas y yo me abrazaba a él completamente entregada, demostrándole todo mi deseo, mi placer y mi disfrute porque sé que eso es lo que más le hace disfrutar a él.

Lo habíamos hecho tantas veces desde aquella primera vez… y de tantas formas. Y cada vez era más dulce y cálido aquel sentimiento de pertenencia. Era mucho mejor que al principio, para mí lo era.

La intimidad alcanzada a lo largo de ese par de años y la confianza adquirida entre nosotros me hacía desearle de un modo mucho más consciente que al principio y me brindaba la capacidad de proporcionarle más placer y de poder sentirlo yo a la vez. Era tan simple, tan fácil… y eso hacía ese momento de unión misterioso e increíble.

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El orgasmo nos alcanzó a la vez, caricia a caricia. Llegó intenso, profundo y lento y nos encontró abrazados, 
gruñendo de placer mientras Bowie cantaba para nosotros su alegato contra el muro de Berlín con su voz desgarrada, la que tapábamos con nuestros gemidos, la de unos héroes anónimos enamorados a pesar de todo.

´´Ojala podamos´´ pensé abriendo los ojos para encontrarme con los suyos. Rob pareció leerme el pensamiento y me abrazó con fuerza, besando mi frente, suspirando satisfecho. 

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Yo, yo puedo recordar

-puedo recordar-

De pie, al lado del muro

-al lado del muro-

Y las pistolas disparando sobre nuestras cabezas

-sobre nuestras cabezas-

Y nos besamos

como si nada pudiese caer

-nada puede caer-

Y la vergüenza estaba en el otro lado

Oh podemos derrotarles, para siempre jamás

Entonces podríamos ser héroes, sólo por un día

Podemos ser héroes,

podemos ser héroes.

Podemos ser héroes

Solo por un día

Podemos ser héroes.

...CONTINUARA...