FIC IRINA '50 Sueños de Verano' Relato 26 'Londres V'

Los FICs de este Blog quedan organizados de la siguiente manera: 

LUNES:  FanFic Robsten de Irina,      

                      Fic la Fundación de VTeam ***NUEVO***
MARTES:  Fic 'El fin del Mundo' de Xim

MIÉRCOLES:  FanFic Robsten de Irina     
JUEVES: Fic 'El fin del Mundo' de Xim

                   Fic la Fundación de VTeam  ***NUEVO***
VIERNES: Fic '50 Sueños de Verano' de Irina

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Aviso sobre los FICS, sobre todo dirigido a las chicas más jóvenes que nos leen ya que aparecerá contenido sexual explícito, con palabras y situaciones (Lemons). Personas impresionables fácilmente y de mente no abierta dejamos a vuestra conciencia la decisión de leerlo o no.                         

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FIC-IRINA  50 Sueños de Verano'

Cap. "Londres V"

por IRINA (Irene Mendoza)
Imagenes: Elena

Nos vamos hacia la puerta del Bar Italia riéndonos como dos críos. 

- Al menos tenías que haberte sacado una foto con el camarero, ha sido muy educado y amable. Además creo que se ha quedado dudando de si le has dicho la verdad – le digo riendo. 

- No, hoy no. Hoy estoy contigo y no soy un actor famoso – dice tomándome de la mano y poniéndose las gafas de sol. 

La tarde de verano es soleada y cálida. Caminamos por el Soho despacio, mientras charlamos de cine, de música y de libros. Me doy cuenta de que ambos tenemos gustos muy similares. 

 

Nos sentamos un rato en Soho Square a tomar el sol, paramos en lugares discretos para besarnos, me toma por la cintura, me susurra al oído y ya no podemos más, no podemos dejar de tocarnos y acariciarnos. Rob me mira tomando mi rostro entre sus manos. 

- ¿Quieres venir a mi casa? – pregunta casi en un ruego.

- Sí – susurro y le beso con pasión allí en medio de la calle, aferrada a su cuerpo. 

- Vamos, preciosa – dice Rob con una sonrisa, besándome en la frente. 

* * * 

Siento cómo Rob se va acercando a mí. Se me pone la piel de gallina ante el leve contacto de sus dedos en mi piel. Puedo sentir su respiración en mi nuca. Estamos muy juntos, él a mi espalda y vuelvo a sentir la intensa energía que emana de su cuerpo. Tira de mi camiseta y me la quita suavemente. Tiemblo. Me giró para ponerme frente a él. 

Sus manos acariciaban mi piel bajando por mi torso, mi cintura, mis caderas. Rob deja breves y suaves besos por mi cuello, mi escote, hasta que alcanza mis vaqueros. De pronto se gira para arrodillarse ante mí, desabrochar el botón y bajarme la cremallera. 

Los ojos de Rob arden de deseo y sus labios están algo entreabiertos mientras su aliento acaricia mi vientre. Se levanta, me agarra por la cintura y me tumba en la cama con suavidad para tirar de mis vaqueros quitándomelos junto con mis braguitas. Me quedo solo con el sujetador, tumbada temblando de anticipación, anhelándole tanto que casi duele. Rob está de pie frente a mí mirándome todo el cuerpo con lujuria. 

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Lentamente comienza a desabrocharse la camisa, se la quita y la deja caer al suelo. Se quita la camiseta y no puedo evitar suspirar ante su hermoso cuerpo. Me incorporo y me quito el sujetador para luego ocuparme de sus pantalones. Se los bajo ansiosa y él jadea un poco. 

Se muerde el labio inferior en un gesto muy sensual e inspira con fuerza. Puedo contemplar todo su deseo frente a mí. Me acariciaba la mejilla con sus dedos, desliza su mano hasta mi cuello dejando el pulgar bajo mi barbilla, levantándome la cabeza y me besa. Es un beso fuerte, apasionado, sus labios, su lengua exploran mi boca. Me hace temblar. 

- Tu sabor es… maravilloso. Eres tan suave, tan dulce… – Esas palabras terminan con la poca cordura que me queda y con mi cuerpo totalmente rendido a él. 

Un gemido se escapa de mis labios pero no puedo dejarlo salir del todo porque Rob me besa con urgencia, con deseo, posesivamente, con su lengua. Yo le beso con la misma intensidad que él a mí. Nos estamos lamiendo, mordiendo, devorando.Y ya estoy lista para él de nuevo. 

* * * 

La tarde pasa rápida entre caricias y besos, susurros y abrazos. Parece que nos conocemos de hace tiempo y solo hemos pasado unas pocas horas juntos. Es extraordinario el grado de intimidad que hemos conseguido en tan solo un par de días. 

- Te llevaría a conciertos, a comer, a cenar – susurra en mi pelo. 

- Y yo te enseñaría mis rincones de Londres – digo acariciando su pecho. 

- Te cansarías pronto. Esta vida que llevo no es fácil, es una locura en realidad. – suspira -. El mes que viene viajo a Canadá, Me voy a pasar allí tres meses y te aseguro que cuando ruedo soy como un monje de clausura. Después tengo dos meses de promoción de otra película y a principios del año que viene otro rodaje. No estaré quieto hasta mayo. 

- ¿Pero te gustará tu trabajo al menos?– le pregunto mientras enredo mis dedos en el vello de su pecho. 

- Sí, la verdad es que me encanta. En los rodajes me siento a salvo. Es extraño porque a pesar de encarnar un papel, a otra persona, es donde me siento más yo mismo. Allí y en la ducha – bromea. 

Y me hace reír una vez más. 

Soy consciente de que está intentando ponérmelo más fácil y también sé que no me cansaría jamás, aunque él piense lo contrario. Quiero decírselo pero me callo, no quiero forzar las cosas. Nos abrazamos y besamos con avidez. Sé que es el fin, que se está despidiendo de mi cuerpo acariciándolo, respirándome, probándome por última vez. 

* * * 

- Tienes mi teléfono por si… - dice tendido en la cama, aun desnudo. 

- Gracias y tú el mío – murmuro pero sé que ninguno de los dos llamará. 

Estamos tumbados y Rob me abraza de espaldas a mí, apretándome contra su cálido cuerpo. Se incorpora un poco y se apoya sobre un codo para acariciar mi espalda y besarla suavemente. 

- No tengo E - mail, ni Twitter, ni nada parecido. 

- Supongo que sería una locura tenerlo y que alguien lo descubriese – me giro para acurrucarme en su pecho. 

- Eso es, estás en todo – sonríe dulcemente acariciando mis labios con sus dedos -. Oye… me gustaría mucho que me acompañases al aeropuerto pero… 

- Es absurdo. Lo sé, es mejor así. Además no me gustan las despedidas. 

- A mí tampoco – suspira y me mira fijamente -. Me gustaría tanto volver a verte… 

- A mí también – susurro. 

Ambos sabemos que eso es prácticamente imposible. Me abraza con fuerza y cierro los ojos, respirando su aroma, intentando no llorar. No lo hago, no quiero que se sienta mal por mí. Quiero recordarle y prefiero que sea con una sonrisa. 

- Ahora debemos volvemos a la vida real, tú a la tuya y yo a la mía pero quiero decirte… quiero que sepas que siempre recordaré esto que nos ha pasado – digo armándome de valor -. Eres…muy especial Rob. 

- Yo también lo recordaré y… tú también lo eres – susurra dulcemente. 

Me sonríe con su encantadora timidez e intento grabar en mi memoria esa expresión entre inocente y tremendamente sincera para atesorarla como algo hermoso, lo más hermoso que he visto jamás. Luego me levanto de la cama y comienzo a vestirme mientras él me observa en silencio. 

El ambiente de la habitación se va cargando de algo indefinible, muy tenue, una especie de sutil melancolía. 

* * * 

Rob acaricia mis labios con sus dedos justo antes de besarlos con pasión, durante un rato en el que permanecemos abrazados. Luego suavemente nos separamos a la vez y me quedo sin su calor, sintiendo frío de repente. 

Nos miramos y sé que debo irme, que el taxi ya estará esperando ahí fuera pero todo mi cuerpo se niega a moverse de su lado. Se pasa la mano por el pelo, incómodo y sé que le cuesta despedirse de mí y que no debo ponérselo más difícil. Me pongo la chaqueta y cojo el bolso mientras el permanece inmóvil, en medio de la habitación, pensativo, con sus dulces ojos muy abiertos. 

De pronto está detrás de mí en un par de zancadas. Su abrazo me toma por sorpresa y hace que un dolor sordo nazca en mi vientre, algo parecido al hambre. Hunde la nariz en mi pelo e inspira profundamente antes de dejar un dulce beso sobre mi cabeza, aferrado a mi cintura. Inspiro el aire intentando tomar fuerzas y cuando lo hago me retiro, alejándome un poco de su cuerpo. Rob tira de mi brazo unos instantes sin que me de la vuelta siquiera. No puedo, no debo mirarle o no podré dejarle marchar y sé que debo hacerlo. 

Estoy tentada a pedirle que se saque una foto conmigo pero desecho esa idea enseguida, sería vulgar. ´´No quiero ser una fan más, no lo soy´´, me digo. Sé que no tendré nada de él, solo recuerdos maravillosos pero lo prefiero así. 

Me encamino hacia la puerta decidida, siendo consciente de que cada paso que doy, cada respiración me alejan de Rob pero saco fuerzas y me marcho de su lado sin mirar atrás. 

* * * 

Bea está en el sofá con la tele puesta y ya debe haber cenado. Me meto directamente a la cocina pero doña inquisidora viene rauda y veloz a hacerme compañía. 

- ¿Dónde has estado todo el día? Empezaba a preocuparme. 

- Por ahí – digo intentando disimular mientras me preparo un té, lo necesito. 

- Con… - añade. 

Asiento sin mirarla. Me agarra del hombro, me gira y se planta frente a mí. 

- Eh, mírame. ¿Has estado llorando? – dice en voz baja. 

- Estoy bien Bea – suspiro notando como el nudo en la garganta regresa. 

- ¿Seguro? Puedes contármelo. 

- No, no puedo. Es mejor así. 

- Vale. Pero mañana tengo la mañana libre y nos vamos a ir a comer juntas. No acepto una negativa y no haré preguntas, lo prometo – dice mirándome fijamente. 

- Gracias Bea – susurro intentando esbozar una sonrisa convincente. 

- Una vez te vi volver a casa como ahora y recuerdo que lo pasaste muy mal después. No quiero verte así nunca más. 

- Eran otros tiempos. Ya no soy aquella chica de 21 años. 

- ¡Menos mal! Eras tan dramática… - gesticula haciéndome reír. 

- No me ha roto el corazón, Bea. Ya se me rompió una vez. No te preocupes, se me pasará. 

´´Solo le echaré de menos de por vida´´, me digo. 

- Anda vamos a ver un rato la tele, dan una peli muy buena y muy divertida – dice Bea llevando mi taza de té. 

- ¿Cuál? 

- ´´How to be´´. 

Pongo los ojos en blanco, sonrío y la sigo hasta el sofá. 

* * * 

Escucho la risa de Rob a lo lejos, cada vez más lejos. Mis ojos se abren perezosos y miro a mi alrededor. ´´Creo que me he quedado dormida en el sofá viendo su película pero hay mucha luz, no es de noche´´, me digo extrañada. Me desperezo, me froto la cara y despierto del todo al oír a Bea entrar por la puerta. 

- ¿Todavía no te has preparado? Hemos quedado con Arrate, ¿recuerdas, bella durmiente? 

- ¿Qué? – pregunto adormilada y completamente aturdida. 

- Que vamos a salir con Arrate, su nuevo novio y unos amigos actores. 

- Me… me he quedado dormida – digo desconcertada. 

- Venga, que luego llegamos tarde – me mira un momento extrañada -. ¿Estás bien? 

- Sí, es que… he tenido un sueño maravilloso – digo sonriendo como una boba. 

- Alguna fantasía sexual, seguro. Yo hace siglos que no tengo ninguna. Luego me la cuentas – dice saliendo por la puerta del salón hacia el pasillo. 

Me incorporo del sofá sin dejar de sonreír y descubro mi portátil apoyado sobre la alfombra, aun encendido. Lo recojo y lo pongo sobre mis rodillas para apagarlo.

En la pantalla una foto de Rob. Es una de las que más me gustan aunque siempre me ha sido imposible elegir una sola de él. Su imagen me detiene unos segundos. 

- ¡Bea…! 

- ¿Qué? – grita desde su cuarto. 

- ¿Has dicho que los amigos del novio de Arrate son actores? 

- Sí y menores de 30 – dice apareciendo por la puerta con una gran sonrisa. 

El portátil aún está encendido. Rob me deslumbra con su sonrisa encantadora mirando a cámara con ojos alegres, algo pícaros y siempre dulces. Lo miro, me río, cliqueo en ´´apagar´´ y me levanto del sofá para vestirme.